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El presidente de La Caixa encarga un plan para revisar las inversiones de la entidad

Fornesa pretende redefinir los objetivos de la caja catalana hasta el año 2006

El presidente de La Caixa, Ricard Fornesa, ha mandado elaborar un plan, en el que ya trabaja un equipo de la entidad, para revisar los objetivos e inversiones de la caja de cara a los próximos tres años, partiendo de un nuevo escenario en el que la expansión de su red de oficinas por toda España empieza a tocar techo y también del nuevo horizonte de normas contables, que le aconsejan concentrarse o reforzar su apuesta en las empresas que controla, como Gas Natural, Aguas de Barcelona, la nueva Abertis o Inmobiliaria Colonial.

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Ricard Fornesa se comprometió a elaborar un plan estratégico ante la asamblea general de la caja, la mitad de cuyos 160 miembros fueron renovados el pasado 5 de junio, según explicaron algunos de los asistentes a la cita. Un portavoz de la entidad confirmó el compromiso de elaborar un proyecto que será "la columna vertebral de la actuación de la entidad". El plan, que estará listo después del verano y que abarcará hasta 2006, es una vieja demanda del sindicato CC OO, presente, con dos miembros, en el consejo de administración de la caja. Su contenido deberá marcar las líneas de actuación que guiarán el crecimiento de la entidad y que ordenarán su cartera de participaciones industriales, la mayor de España.

El replanteamiento del futuro de La Caixa que impulsa Fornesa arranca teniendo como telón de fondo una ofensiva legal del Gobierno para aumentar la transparencia en el funcionamiento de las cajas de ahorros, que van más allá de las exigencias planteadas a los bancos con el argumento de la particular estructura de las cajas, en cuyos órganos de gobierno están presentes diversas instituciones y corporaciones públicas.

Al margen de la transparencia en materia de créditos y de sueldos de consejeros y de directivos en las participadas, mediante las enmiendas a la Ley del Mercado de Valores presentadas por el PP se obliga a las cajas a contar con una comisión que controle la viabilidad financiera de las inversiones de las cajas y también que éstas se adecúen a sus "objetivos fundacionales". Sobre dichas modificaciones, La Caixa mantiene un absoluto mutismo, aunque Fornesa no dejó pasar la ocasión de la asamblea general para deslizar que las cajas, que hoy representan la mitad del sistema financiero español, se han convertido en "la envidia" de sus competidores, en alusión a los bancos, según los asistentes.

El plan deberá contemplar un nuevo escenario. Por una parte, los indicios de agotamiento de la expansión de la red territorial. En diciembre de 2002, La Caixa sumaba un total de 4.553 oficinas en España, que se añadían a las 73 correspondientes a los bancos del grupo. Del total, 2.005 están ubicadas en Cataluña y Baleares y el resto, en el resto de comunidades autónomas. El ritmo de crecimiento de la red se ha ralentizado: en 1999, creó 312 nuevas oficinas; en 2000, 225. Al año siguiente, 223. En 2002, 104.

Nuevas normas contables

Otro frente que deberá abordarse en el plan son las nuevas normas de contabilidad internacionales que se adoptarán a partir de diciembre de 2005, que sólo permitirán consolidar los beneficios de las empresas participadas por puesta en equivalencia si se controla más de un 20% de una sociedad o si se cuenta con una significativa capacidad de influencia en la gestión.

Este horizonte explica en buena parte la operación para abandonar el capital de Endesa (5%) mediante bonos canjeables por acciones en tres años. La posibilidad de que La Caixa se concentre en las empresas donde ejerza el control, como Gas Natural (31,1%), Aguas de Barcelona (23,1%), la nueva Abertis (20%) o Inmobiliaria Colonial (47,9%), implicaría el refuerzo de apuestas.

Pero la gran incógnita son otros de los pesos pesados privatizados donde La Caixa tiene presencia, como Repsol YPF, de la que la entidad es accionista con un 12,5% y que siempre ha concebido como una forma indirecta de proteger a Gas Natural. La Caixa también controla un 3,6% de Telefónica, uno de los nombres más antiguos de su lista de participaciones empresariales.

También la zona geográfica prioritaria de expansión deberá repensarse. En Europa, sus dos grandes apuestas son, por ahora, Deutsche Bank (3,6%) y el portugués BPI (16%). Y en Latinoamérica, tiene presencia en el Banco Itaú de Brasil (3,2%) y el Banco Popular de Puerto Rico (2,8%).

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