Espectáculo

Ya están aquí los valencianistas que anunciaba Camps. Al primero ya le estábamos esperando y no ha tardado un día en dar el espectáculo. De España ha aprovechado la primera oportunidad para evidenciar su desprecio y su odio a la lengua de los valencianos. Incluso se ha permitido afirmar que Joan Ribó está obsesionado por la lengua. Naturalmente. Él y muchos lo estamos, y más aún viendo a personas como De España ocupando los altos cargos de la Administración valenciana. ¿Qué pasaría si el presidente de las Cortes no supiera hablar castellano y sólo se expresara en valenciano? Claro, que en este país, únicamente están obligados a ser bilingües los de siempre. Este señor es un alicantinista convencido, perteneciente a ese movimiento sociopolítico y económico que aprovechó la desintegración del Reino de Valencia y su partición en tres provincias españolas para desvalencianizar las comarcas del sur.

Éste es el hombre que el nuevo valencianismo del PP ha colocado como presidente. Claro que no nos ha de extrañar en un partido construido con unos cuantos valencianistas de aquí, unos alicantons de allá, unos blaverillos de la otra parte, el taifa de Fabra por tramontana y, naturalmente, el sector originario de los españolistas más rancios. Todo es lícito para llenar el zurrón de votos.

Habría que preguntarse por qué ha aceptado De España este cargo. Por convicciones valencianistas no será. ¿Quizás sea éste sólo un escalón más en su ascenso político con destino Madrid? Tiene un buen precedente como ejemplo a seguir.