El brazo político del alcalde

Joan Clos ha tenido dos brazos como alcalde de Barcelona, uno más técnico, Xavier Casas, y otro más político, Ernest Maragall. La marcha de Maragall supone una importante pérdida para el alcalde y el conjunto del consistorio, que no siempre ha sabido - o querido -valorar la importancia de la figura de este economista al que muchos se referían con el sobrenombre de Tete por su condición de hermano del anterior alcalde, Pasqual Maragall.

Como portavoz del grupo municipal, era la cara de consistorio cada vez que surgía alguna polémica entre el Ayuntamiento y la Generalitat o el Gobierno central. En el plenario era uno de los políticos con más tablas y discurso. Y no le dolían prendas en hablar de todo con quien fuera y donde fuera, como lo demostró hace unos meses cuando negoció en un bar con un colectivo de jóvenes acampado en la plaza de Francesc Macià que se negaban a entrar en el Ayuntamiento.

Ernest Maragall inició su andadura en el consistorio barcelonés en 1969 como analista informático. Entre 1983 y 1989 fue gerente del Instituto Cartográfico de Barcelona, una sociedad municipal. Entre 1990 y 1991, ocupó el Instituto Municipal de Informática. Entre ese año y 1995, asumió el área entonces llamada de Organización e Información del Ayuntamiento, y en 1995 entró en el Saló de la Reina Regent como concejal de la Función Pública y Calidad del Ayuntamiento de Barcelona.

Cuando Clos fue designado alcalde por Pasqual Maragall, Ernest fue nombrado regidor de Hacienda y presidente del distrito de Sant Andreu. En el último mandato ha asumido el área de Presidencia y Hacienda y el Instituto Municipal de Informática.

Los presupuestos del Ayuntamiento llevan desde 1997 la firma de Ernest Maragall, a quien se considera uno de los artífices de le reducción del endeudamiento. Él ha sido, además, quien ha batallado con con el Gobierno catalán y con el del Partido Popular en la sinuosa negociación de la Carta Municipal de Barcelona.