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ORIENTE PRÓXIMO

16 muertos en un atentado suicida en Jerusalén

Los dirigentes de la Autoridad Palestina condenan todos los actos de violencia

Jornada sangrienta en Israel y los territorios palestinos: un activista de Hamás se suicidó ayer por la tarde con una bomba en el interior de un autobús de transporte público en el centro de Jerusalén, causando al menos 16 muertos y cerca de un centenar de heridos. La respuesta de los israelíes fue fulminante. Helicópteros de combate daban muerte a dos dirigentes fundamentalistas en Gaza y alcanzaron en la operación a otros cinco viandantes. La espiral de violencia amenaza con acabar con las esperanzas abiertas con la Hoja de Ruta, justo cuando se cumple una semana de su puesta en marcha en la cumbre de Áqaba (Jordania). A la condena del atentado se sumaron líderes israelíes y palestinos, entre ellos Yasir Arafat, quien lo calificó de "ataque terrorista".

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El autobús de la línea 14-A saltó por los aires, cuando apenas eran las cinco y media de la tarde. El vehículo acababa de salir de su primera parada de la avenida Yaffo, en el centro de Jerusalén, mientras en la plataforma de entrada, frente al conductor, se amontonaban aún un buen número de viajeros, entre ellos un palestino, disfrazado de ultraortodoxo judío. Había subido al autobús en la parada anterior, la del mercado Mehanei Yehudah, llevando varias bolsas de lo que aparentaba ser comida. En realidad eran dos bombas.

El primer artefacto sacudió con un golpe seco el vehículo, le levantó el techo, convirtió en chatarra la parte delantera del autobús y causó la muerte instantánea de 16 viajeros. Cerca de un centenar de personas, en su mayoría viandantes, fueron alcanzados por una lluvia de metralla -formada portuercas, tornillos y clavos- que salió disparada en todas direcciones. La segunda bomba no llegó a estallar. Fue desactivada minutos más tarde por los artificieros.

"Vi la cabeza del terrorista arrancada de cuajo sobre el suelo", aseguraba un viandante, mientras metros más allá un grupo de vecinos se abalanzaba sobre un palestino hasta acorralarlo en el interior de una zapatería antes de llamar a las fuerzas de seguridad. Salió pocos minutos después, con las manos atadas a la espalda, para ser introducido como una exhalación en un vehículo camuflado de la policía. En la esquina, un anciano que tenía una pierna aparentemente herida, lloraba mientras temblaba, sentado en una silla de ruedas. Alguien trató en vano de calmarle colocándole una mano sobre el hombro. No muy lejos un grupo empezó a gritar: "¡Muerte a los árabes!, ¡muerte a los árabes...!".

Restos desmembrados

Sobre el asfalto de la avenida Yaffo, una de las arterias comerciales más importantes de la capital, escenario de numerosos ataques palestinos, yacían los restos desmembrados de cuerpos humanos, mezclados con las más diversas pertenencias personales. Los religiosos judíos de la comunidad Zakat estuvieron durante horas recogiendo cada pieza de carne mientras limpiaban con algodones la sangre del suelo y repetían salmos.

Este ataque ha sido uno de los más sangrientos desde que se inició la Intifada. Sólo ha sido superado por el atentado contra la discoteca Delfinarium de Tel Aviv, perpetrado el 1 de junio de 2001, en el que murieron 21 jóvenes y cerca de un centenar resultaron heridos. En aquella ocasión, la acción también fue asumida por Hamás.

Su líder espiritual, el jeque Ahmed Yasín, aseguró desde Gaza que se trataba de la venganza por el intento de asesinato de su jefe político, Abdelaziz Rantisi, cometido 24 horas antes. Mahmud Azhar, segundo portavoz de la organización fundamentalista, añadió que el ataque sólo "era el primero", insinuando la posibilidad de que se produzcan otros. Por su parte, Rantisi hacía unas escuetas declaraciones a la agencia Efe desde su domicilio, donde aún se encuentra convaleciente de las heridas del ataque del día anterior: "Es la respuesta natural al crimen de Sharon. Es la primera lección contra el enemigo".

El Gabinete de Seguridad israelí se reunió ayer con carácter de urgencia para decidir sobre nuevas represalias. Un portavoz del Gobierno acusó a la Autoridad Palestina de no hacer nada para impedir los ataques suicidas: "Mientras no hagan nada para impedir estos actos de terror, nosotros continuaremos con nuestra lucha contra el terrorismo", aseguraba, tratando de justificar la operación de Gaza. Por su parte, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, dijo que Israel continuaría persiguiendo "a los grupos palestinos y a sus líderes hasta las últimas consecuencias", a la vez que se comprometía a hacer "cualquier esfuerzo" para lograr la paz con los palestinos. "Queremos proseguir con el proceso político para asegurar la paz y la seguridad", añadió.

Yasir Arafat, desde el palacio de Gobierno, en Ramala, volvió ayer a pedir la intervención de EE UU y el envío de observadores por la comunidad internacional, tras haber condenado los ataques de Jerusalén y Gaza. "Condeno con fuerza este ataque terrorista contra civiles israelíes en Jerusalén", dijo el presidente palestino en una aparición televisiva, en la que pidió a ambos bandos el cese de la violencia. "También condeno las operaciones [israelíes] en Gaza, en las que civiles palestinos resultaron muertos y heridos". Mientras, el primer ministro palestino, Mahmud Abbás Abu Mazen, pidió a israelíes y palestinos "el alto el fuego y el fin de la violencia" así como "emprender esfuerzos serios para poner en marcha la Hoja de Ruta".

La comunidad internacional e instituciones que participaron en la elaboración de la Hoja de Ruta, como la UE y la ONU, expresaron su preocupación ante la escalada de violencia en Oriente Próximo. El presidente de EE UU, George W. Bush, condenó el atentado suicida: "Pido a todo el mundo libre que no sólo condene los actos mortales, sino que haga todo lo que esté en su poder para prevenir que ocurran en el futuro". Bush pidió además que se corte "el suministro de fondos a organizaciones como Hamás y se las aísle".

Tanto el alto representante de la UE, Javier Solana, como el secretario general de la ONU, Kofi Annan, condenaron el atentado suicida y pidieron a ambas partes el cese de la violencia y la restauración del proceso de paz. "Este último ataque ha conducido a otra espiral de violencia en la región, que socava seriamente los esfuerzos para poner en marcha la Hoja de Ruta. Más que nunca, se tiene que hacer todo lo que se pueda para restaurar la calma y cesar la violencia. Ése es el único camino para la paz", indicó Solana en un comunicado.

Ciudadanos palestinos intentan rescatar los cuerpos de las víctimas entre los restos de un vehículo destruido por misiles israelíes ayer en Gaza.
Ciudadanos palestinos intentan rescatar los cuerpos de las víctimas entre los restos de un vehículo destruido por misiles israelíes ayer en Gaza.AFP

Misiles israelíes matan a nueve palestinos

Nueve palestinos, entre ellos cuatro dirigentes del brazo armado de Hamás, murieron ayer en dos ataques israelíes con misiles en Gaza. Era la respuesta del Gobierno Sharon al atentado de la tarde en Jerusalén. Dos miembros de las Brigadas Ezedín al Kasam resultaron alcanzados anoche por un misil cuando viajaban en un vehículo por el barrio de Zeitún, en la ciudad de Gaza. Un segundo misil cayó en un terreno baldío y causó un herido.

Varias horas antes, otro ataque similar había acabado con la vida de siete palestinos, entre ellos dos dirigentes de las citadas Brigadas, en el campo de refugiados de Yabalia, uno de los mas poblados de la franja de Gaza. Testigos presenciales aseguraron que un misil alcanzó al coche en el que viajaban Tito Maasaud, de 35 años, y Sobil Abu Nahe, de 30, miembros destacados del brazo armado de Hamás, que murieron en el acto. Pocos minutos después, cuando los vecinos trataban de socorrer a las víctimas, un segundo helicóptero lanzó una nueva tanda de misiles sobre la multitud, que causaron cinco muertos más.

Según el Ejército israelí, los dos activistas asesinados por la tarde eran responsables directos del grupo de artilleros que prácticamente a diario lanza misiles artesanales Kasam sobre los asentamientos de Gaza y la ciudad de Sderot, al otro lado de la línea verde. Ayer, estos grupos se habían mostrado muy activos y llegaron a disparar al menos una decena de proyectiles.

Los expertos militares afirman que esta operación costó al erario público medio millón de dólares. Este nuevo ataque de los helicópteros sobre Gaza, 24 horas después del atentado frustrado contra el máximo responsable político de Hamás en la franja, Abdelaziz Rantisi, aleja aún mas la posibilidad de un alto el fuego de los fundamentalistas, a pesar de los esfuerzos del primer ministro palestino, Mahmud Abbás Abu Mazen, y de la comunidad árabe por lograr una tregua. La espiral de violencia amenaza además con hacer capotar la misión del general Omar Suleimán, jefe de los servicios secretos egipcios, quien se encuentra en los territorios palestinos con la orden del presidente Hosni Mubarak de arrancar un cese de hostilidades de Hamás.

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