El deseo de ruptura
"El continuismo no lleva a ningún sitio. Es la hora del cambio deportivo y de gestión del club". Joan Laporta (Barcelona, 1962), abogado y ex líder del extinto Elefant Blau -el colectivo que presentó una moción de censura contra Núñez en 1998-, es el candidato que abandera la ruptura con el pasado. Laporta representa a la generación de barcelonistas emergentes formados en la democracia con una visión creativa y global a la hora de gestionar los negocios. Profesional de éxito, al igual que el equipo que le rodea, con una media de 40 años, ha diseñado un proyecto para reflotar el Barça.
Bajo el lema "Primer el Barça", Laporta parte de una inversión inicial de 50 millones de euros; un aumento de ingresos y reducción de gastos que permita terminar con déficit cero en el primer año y crecer en los siguientes cuatro hasta dejar al club a los mismos niveles de prestigio deportivo y económico de la etapa del Dream Team. "Se trata de volver a poner al Barça en la primera línea deportiva y mediática", expone. Y para hacerlo cuenta con Sandro Rosell, ex jefe de Nike en España y Suramérica e hijo del que fuera gerente en la época de Agustí Montal. Rosell asumiría el área de fútbol y deportes.
El plan de la transformación que propone Laporta -"sólido, sereno y constructivo"- tiene un espejo en el que mirarse: el Manchester United. El candidato lo ilustra con un ejemplo: "El United cobra dos millones de euros por cada amistoso. El Barça 300.000. Hay que conseguir que un niño de Singapur y de Tokio lleve la camiseta del Barça y no la del Manchester". Y para ello Laporta y su equipo no vacilarán en manchar la camiseta del equipo con publicidad para incrementar la fuente de ingresos, en contra de la opinión de los ortodoxos. "¿No es el anagrama de Nike
[la firma que viste al Barça] en las camisetas una forma de llevar publicidad?", se preguntan en su grupo.
Laporta entiende que el fútbol es un negocio de alcance mundial similar a cualquier espectáculo. Sin perder la identidad catalana y la independencia del club, además de respetar su historia -"No se modificará el nombre actual (Josep Lluís Núñez) del museo del club"- Laporta considera que el fichaje de David Beckham lidera el modelo de su proyecto deportivo y económico. El reclamo levanta dudas entre el barcelonismo, por el elevado coste que exige el fichaje. "Las negociaciones para atar a Beckham van por buen camino", repite Laporta, a pesar del escepticismo de la prensa inglesa que ha aterrizado en su sede electoral del Paseo de Gràcia formulándole mil y una preguntas sobre Beckham.
Junto al mediático futbolista inglés, el objetivo de Laporta es contratar a otro crack (se habla de Ronaldinho) que atraiga publicidad y otros tres jugadores excelentes como el portero internacional turco Rustu. Faltaría un defensa central (se baraja Marquéz) y un delantero (Nonda o Nihat). Queda en el aire la dirección del equipo, que parece destinada a Guus Hiddink con Txiki Begiristain como secretario técnico. Los dos cargos, sin embargo, son "materia reservada" y aún no se han confirmado.
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