La Bolsa de Nueva York publicará la retribución de su presidente
La Bolsa de Nueva York, el mayor mercado de valores del mundo, ha adoptado una decena de importantes reformas para acomodarse a tiempos que exigen la máxima transparencia. La más llamativa es que, por primera vez en sus más de dos siglos de historia, The New York Stock Exchange (NYSE) revelará a partir del año que viene la retribución de su presidente, Richard Grasso, y otros altos directivos. Nuevas incompatibilidades obligarán a tres responsables de la Bolsa neoyorquina, empezando por el propio Grasso, a dejar sus puestos en consejos de administración de otras compañías.
Grasso y la Bolsa de Nueva York han estado en la vanguardia de la ventilación del viciado sistema de gobierno corporativo en Estados Unidos, pero exigían reformas a las empresas cotizadas que no se aplicaban a sí mismos. El momento crítico se alcanzó hace un par de meses cuando, aun después de haber anunciado que se revisarían las normas de gobierno del NYSE, Grasso propuso a Sanford Weill, presidente de Citigroup, para ocupar en el consejo de la Bolsa uno de los puestos reservados a lo laxamente llamado "público".
Eliot Spitzer, el responsable da la justicia de Nueva York, que ha investigado la connivencia entre bancos de inversiones y analistas, expresó nítidamente su malestar con la elección. Spitzer investigaba entonces a Weill y sus trabajos concluyeron prohibiendo al presidente de la primera institución financiera del mundo reunirse con analistas sin estar en presencia de un abogado. Citigroup tuvo que pagar una multa de 400 millones de dólares por la falsedad de los informes de sus analistas.
Ahora, sin embargo, se ha establecido que los ejecutivos de entidades financieras no podrán ocupar ninguno de los 12 puestos reservados al público en el consejo del NYSE, que ya tiene reservadas para el sector otras 12 consejerías. Las tres restantes corresponden a directivos de bolsa.
Confianza del inversor
Al conocer las reformas aprobadas, Spitzer dijo que eran una buena medida para devolver la confianza a los inversores. "Intentamos hacer mucho de lo que estamos pidiendo a las empresas de Estados Unidos", explicó Leon Panetta, que fuera mano derecha de Bill Clinton y ahora es consejero del NYSE y copresidente del Comité de Gobierno.
La Bolsa de Nueva York es una entidad privada nacida hace 210 años que no tiene obligación de revelar la retribución de sus directivos. Pero cinco de ellos tendrán que hacerlo a partir del próximo año.
Sus ingresos no son, no obstante, un gran secreto. The Wall Street Journal reveló hace algunas semanas que Grasso recibió 20 millones de dólares en 2001 y 12 en el pasado ejercicio. Para este año, el comité de retribuciones aprobó el abono de 10 millones, cantidades todas ellas que los críticos consideran excesivas dada la situación bursátil.
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