"Europa es blanco del terrorismo"

Desde el 11-S, el terrorismo a escala internacional ha cobrado especial protagonismo, tanto por la toma de conciencia de su peligro a ambos lados del Atlántico como por la sucesión de ataques contra intereses occidentales en cualquier parte del mundo, desde Estados Unidos al sureste asiático. Estos atentados dibujan un nuevo concepto de "terrorismo global", del que "Europa ha de sentirse blanco", dice Fernando Reinares, catedrático de Ciencia Política y miembro del Departamento de Prevención del Terrorismo de la ONU.

"Europa podría ser objetivo de un gran atentado terrorista. El 11-S no fue sólo un ataque contra EE UU, como creen muchos europeos. Se cometió en EE UU, pero contra todo el mundo occidental", afirma Reinares, que acaba de publicar Terrorismo global (Taurus).

Tan sólo en el último mes se han cometido cuatro atentados suicidas en Chechenia, incluido el de ayer; ataques en Casablanca y en Riad, todos ellos con decenas de muertos. Estos ataques se inscriben en ese terrorismo global, "desarrollado en forma de red, cuyo epicentro es Al Qaeda, asociada con movimientos radicales en distintos países del mundo islámico". Chechenia es un ejemplo de cómo las redes internacionales "inducen en gran medida que un movimiento en principio nacionalista derive hacia el fundamentalismo islámico, proporcionándoles recursos económicos y entrenamiento".

Las redes globales de terrorismo tienen "presencia en al menos 60 países", y "actualmente están dirigidas por fundamentalistas islámicos, con un ideario carente de restricciones morales para el homicidio masivo". Su objetivo es, "a corto plazo, ampliar el número de regímenes islámicos en el mundo, y a medio plazo, la unificación política del islam", explica Reinares.

La guerra contra Irak no sólo "ha acentuado el odio hacia Occidente", sino que, para Reinares, ha creado otro peligro. "Se ha esgrimido el terrorismo como excusa sin base real. En Afganistán estuvo justificado, pero en Irak no hay evidencia de esos vínculos". Por eso, Reinares teme que "cuando realmente haga falta intervenir militarmente, los Gobiernos tengan problemas de legitimación".

En la lucha contra el terrorismo global, la intervención militar es necesaria en situaciones muy concretas, pero no suficiente. "Lo fundamental a corto plazo es avanzar en la cooperación policial, judicial y de los servicios de espionaje. A medio y largo plazo, la única forma de acabar con esta amenaza es desarrollar un marco de intercambio económico y cultural entre el mundo occidental y el árabe mucho más equitativo".

Mientras, acecha el riesgo de un atentado espectacular, de las dimensiones del 11-S, que podría llevarse a cabo "con armas no convencionales". "Al Qaeda tiene la capacidad y la intención", dice Reinares. "Estamos entrando en un año o año y medio críticos".