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CÁMARA OCULTA | NOTICIAS Y RODAJES
Columna
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El humo ciega tus ojos

La brigada antitabaco está que no da abasto... Ahora apoyan la propuesta de que se prohíba a los menores cualquier película en la que alguien aparezca fumando. Hasta nuestra ministra de Sanidad quiere que la industria cinematográfica española evite la aparición de cigarrillos en sus películas, propuesta que se le ocurrió con motivo del reciente Día Internacional contra el Tabaco. El Ministerio de Cultura podría establecer una nueva catalogación, T, similar a la X para las películas de sexo explícito, y excluir éstas de posibles subvenciones.

Si son consecuentes, de un plumazo podrían prohibirse en televisión casi todas las películas clásicas, otras muchas independientes actuales, y hasta las de Sara Montiel ("fumar es un placer genial, sensual", cantaba ella en El último cuplé, ¿recuerdan?), en las que el cigarrillo ha sido un complemento dramático de primer orden. Proscritos para siempre podrían quedar Bogart, la Davis, John Wayne, muchas obras de John Ford, Hitchcock y de Orson Welles, entre otras miles de joyas del cine que nos hablan de otros y de nosotros mismos con talento difícilmente encontrable en películas de hoy en día... Los comerciantes de Hollywood son precavidos y están prohibiendo que se fume en sus películas, especialmente en las de exaltación bélica y descarada propaganda política con que nos atiborran de continuo. Ahora se va a estrenar otra, esta vez con Bruce Willis, que al parecer tiene como fin demostrar que los hombres de bien deben masacrar países inocentes para que el mal se extinga; en otoño la tendremos en nuestras pantallas. Es una película correcta: nadie fuma. Guerra sí, pero de otros humos. Cuestión de prioridades de los productores de bien.

Estos mismos días hemos sabido que el señor Aznar acaba de percatarse, con gran sorpresa, de la basura de sus propias televisiones. Dice que no le gusta que sea así, pero que nada puede hacer él para evitarlo. Antonio Mercero, gloria de la tele, galardonado por sus colegas con el premio Toda una Vida, opina que la caja tonta "se ha convertido en una especie de estercolero". (Por cierto, dice que Farmacia de Guardia jamás habría tenido vida en estos días: se hubiera suprimido en su primera semana por falta de audiencia). Pero sin humo, Antxon, ése es el matiz. Quienes enmierdan cada día la tele son gente sana que no suele fumar en antena.

De modo que más vale que José Luis Garci vaya teniendo cuidado con lo que hace, porque suele emitir películas de fumadores y él mismo no para de fumar. Los homenajes a Terenci Moix pueden acabar siendo subversivos. A Parada se le puede haber acabado la constante repetición de muchas películas españolas antiguas, incluida alguna de Martínez Soria liando sus Ideales. Y Marisa Paredes, mucho cuidado con los premios Goya, ya que a las tropelías de la última gala se añadió nada menos que un premio a la excelente Smoking room.

Se ha decretado oficialmente que el cine fumador es el culpable de que nos muramos de algo. Lo que hacen Bruce Willis y sus chicos es cosa distinta: ellos aniquilan salvajemente a gente inocente, pero de manera sana. Aventuras apropiadas para los menores de 18 años, sin contaminarse de humo.

Y aún nos quedan los días mundiales de el ozono, la lengua materna, las drogas, los hipertensos... un sinfín de causas que, como la del tabaco, pueden transformarse en casus belli contra el cine, según el discurso del ministro de turno. No sería la primera vez. Antonio Mingote recordaba en una charla sus experiencias como guionista cinematográfico, y contaba cómo unos practicantes llegaron a protestar en un periódico porque en Soltera y madre en la vida el malo de la historia se dedicaba a poner inyecciones, como ellos. ¡Y nos creíamos que éstas eran cosas disparatadas del siglo pasado!

Algunos cineastas norteamericanos, Sean Penn y Ted Danson entre ellos, están preparando una película documental, Scene smoking, en la que advertirán de los peligros del tabaco. Piensan exhibirla en televisiones, colegios, centros sociales... Será muy bienvenida y ojalá dejemos de fumar de una vez. Pero no abogarán en ella por la censura ni harán al cine culpable.

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