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ESTRENO

Jaime Rosales asegura que le interesa recrear la violencia porque le aterra

El cineasta estrena 'Las horas del día', premio de la Crítica de Cannes

Hace tan sólo un par de semanas Jaime Rosales (Barcelona, 1970) era un perfecto desconocido en los ambientes del cine y, no digamos ya, entre el público. Pero sucedió que su primera película fue seleccionada por la Quincena de Realizadores de Cannes y dio la campanada: Las horas del día encandiló a la prensa internacional y además ganó el prestigioso Premio de la Crítica. Aprovechando el tirón, la distribuidora ha adelantado el lanzamiento del filme, previsto inicialmente en otoño, y lo estrena hoy, aunque eso sí, discretamente, en 14 salas. La cinta de Rosales hurga en un asunto que le obsesiona: la violencia. "Creo que me apasiona, porque me aterra. No soporto la violencia, y me interesa indagar en porqué se produce ese desencaje", comenta. La trama gira en torno a Abel, un tipo pusilánime que lleva una vida anodina en un suburbio de una gran urbe y que, nadie sabe por qué -ni el director, ni el espectador-, de vez en cuando se convierte en asesino.

"No espero que el filme sea un 'blockbuster', pero confío en que el público lo reciba bien"

El cineasta apenas puede creer lo que le está pasando desde que supo que su ópera prima, rodada el verano pasado bajo un sol abrasador en El Prat de Llobregat con apenas 600.000 euros de presupuesto -aportadas por su productora, Fresdeval, e In Vitro-, se iba a presentar en Cannes. "Vivo esta experiencia como si no fuera conmigo. Leo cosas sobre mí y, sin embargo, me parece que se refieren a otro. Me siento extraño", admite este director novel, formado como cineasta en la renombrada escuela de San Antonio de los Baños, en Cuba, después de colgar su flamante título de licenciado en Ciencias Empresariales. "Siempre me ha interesado el arte, en general: la literatura, la pintura, la música, el cine... De modo que pensé en dedicarme a alguna de estas disciplinas. Pero soy muy vago, no escribo bien, tampoco estoy dotado para trabajar con las manos y tengo un oído fatal, así que acabé decantándome por el cine", explica.

Está claro que su primera película ha superado con nota el examen del mundillo de la profesión, pero ¿y el público, cómo cree Rosales que va a reaccionar? "Bueno", responde él, "no espero que Las horas del día sea un blockbuster, pero al menos confío en que será bien recibida". "Podría decirse", prosigue, "que es un filme para gustos cinéfilos, porque hay en él bastantes claves de lenguaje cinematográfico, sin embargo el espectador, aunque las desconozca, intuitivamente puede recibir los estímulos que la película transmite". El director se apresura a añadir, no obstante, que no se trata de "estímulos concretos" sino que su pretensión es que "cada uno saque sus consecuencias". "Mi intención", continúa Rosales, "es invitar al espectador a que contribuya a construir la película, que es una obra inacabada, algo así como un boceto. Muestro a los personajes, pero poco. Ni siquiera yo sé cómo son en realidad, ni por qué motivaciones se mueven". Es el caso de Abel, omnipresente en la pantalla -encarnado por Alex Brendemühl-, al que el director prefiere no calificar de psicópata. "Eso sería tanto como interpretar, y no soy yo quien debe hacerlo, sino el público", dice.

Jaime Rosales no abomina del cine de género, pero asegura que no es para él. "Para hacer cine de género hay que ser americano", lanza. Y aclara: "El gran cine o es de género o de autor. El gran cine de género consiste en expresarse por encima de cualquier corsé. Como Johnny

Guitar, de Nicholas Ray, que es un western perfecto, pero es más que un western. Del mismo modo que Sed de

mal, de Orson Welles, es más que cine negro. En el otro extremo están autores inclasificables, como Fellini, Bergman, Rosellini, Bresson, Buñuel..., que crean su propia visión del cine, y ésa, modestamente, es justamente mi elección".

El cineasta no oculta que, tras las buenas críticas de Las h

oras del

día, le asusta emprender otro filme, si bien es consciente de que hasta que no lo haga no se sentirá seguro. "Va a ser la única manera de comprobar que el terreno está realmente liso". Mientras tanto, lo va a mantener ocupado un proyecto ajeno, un documental que dirigirá Sara Paniagua por cuenta de su productora.

Jaime Rosales, fotografiado esta semana en Barcelona.
Jaime Rosales, fotografiado esta semana en Barcelona.SUSANNA SÁEZ
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