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Juicio rápido a un miembro de Greenpeace por presunto robo de un tronco

El responsable de la campaña de bosques de Greenpeace, Miguel Ángel Soto, compareció ayer ante los juzgados de Arenys de Mar (Maresme) por el presunto robo de un tronco de madera de iroko que los activistas de la organización entregaron el pasado lunes a la Delegación del Gobierno en Cataluña. Según los miembros de la organización, el tronco "apareció misteriosamente" ante la Delegación del Gobierno. Soto alegó ante el juez que Greenpeace ha mantenido el tronco "bajo custodia" en el barco Rainbow Warrior -fondeado en Sant Feliu de Guíxols- ya que la delegación no quiso aceptarlo como prueba de la "entrada masiva de madera africana procedente de la tala ilegal".

Tras un juicio rápido que se alargó casi cuatro horas, el juez decretó el sobreseimiento del caso por falta de autor con la condición de que se devolviera el tronco a la autoridad judicial. Greenpeace tenía previsto devolver hoy mismo por la mañana la madera al juez de Arenys. Al parecer, el tronco, de unos 14 metros y cortado en tablones, pertenecía a la empresa Maderas Perarnau, con sede en Canet de Mar. Según informaron fuentes de Greenpeace, esta empresa comercia con madera procedente de Liberia, donde la industria forestal está plenamente vinculada al tráfico de armas. Perarnau también distribuye, según la organización ecologista, maderas procedentes de Camerún, donde el 50% de la tala es ilegal.

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Una veintena de activistas de la organización se manifestaron ayer por la tarde en la entrada de los juzgados de Arenys vestidos con monos de color naranja y dorsales que los identificaban como "investigación del crimen forestal". Con este acto, los activistas ecologistas reiteraban su denuncia a la tala ilegal de árboles, una actividad que en la mayoría de los países donde se produce está relacionada con la existencia de guerrillas y tráfico ilegal de armas, por lo que ya se la conoce como "madera de guerra". Precisamente en las últimas semanas Greenpeace está llevando a cabo una campaña contra la tala ilegal de árboles que empezó en Francia y que la semana pasada aterrizó en Cataluña.

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