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Desarticulada una red que se dedicaba a falsificar discos y DVD a gran escala

La policía detiene a 13 personas y se incauta de unas 250.000 copias y compactos vírgenes

La coordinación entre la Policía Municipal de la capital, la Guardia Civil y la Jefatura Superior de Policía ha permitido desmantelar una de las bandas de falsificación de discos compactos y DVD más importantes de la región. El pasado lunes fueron detenidas 13 personas, entre las que se encontraban los cabecillas del grupo. Los investigadores se han incautado de más de 250.000 discos en pisos de Lavapiés y en una nave industrial de Fuenlabrada. Los dirigentes de la red intentaron sobornar a un policía municipal con 300 euros al día para que frenara las pesquisas.

Las operaciones comenzaron hace más de dos meses por parte de la Policía Municipal, tras recibir sendas denuncias de la Sociedad General de Autores (SGAE) y de la Asociación Fonográfica y Videográfica de España (Afyve). Los agentes de la Unidad Integral del distrito de Centro comprobaron que a determinados domicilios del barrio de Lavapiés acudían los vendedores de discos compactos falsificados, conocidos como manteros, para comprar la mercancía que después vendían en la calle. Los agentes comenzaron a seguir a estos vendedores hasta que lograron determinar la ubicación exacta de los pisos de la organización.

Las pesquisas determinaron que la red era mucho más compleja de las desmanteladas hasta ahora, ya que no compraba los discos vírgenes a distribuidores, sino que directamente importaba este tipo de material a través de una nave del polígono industrial Codeinsa de Fuenlabrada. Lo compraba en el sudeste asiático y después lo introducía en Madrid a través de las fronteras turca, holandesa o alemana, según comentó el director de la Oficina de Reproducción Mecánica de la SGAE, Juan Palomino.

Hasta 900 euros

La sorpresa surgió hace unos días, cuando uno de los responsables de la red intentó sobornar a un policía municipal. Le ofreció pagarle 300 euros al día, si frenaba las investigaciones o las desviaba de forma que este grupo, de Bangladesh, se librara de la acción policial. El agente se negó. Dos días después, el jefe de la banda triplicó la oferta: el policía recibiría 900 euros al día si, además de frenar las pesquisas, centraba sus esfuerzos en detener a las bandas rivales que operaban en Lavapiés.

El agente rechazó todos los ofrecimientos y puso en conocimiento de sus superiores el caso. La autoridad judicial también fue informada de lo que sucedía. Eso sí, se le siguió el juego al sobornador para seguir con las investigaciones.

Al comprobar que las brigadas de Policía Judicial de la Guardia Civil y la Jefatura Superior de Policía también estaban investigando a este grupo, montaron un dispositivo conjunto entre los tres cuerpos de seguridad.

Un total de 60 agentes (20 de cada cuerpo) hicieron registros de forma simultánea en 12 pisos de las calles de Amparo, Sombrerería y Oso (todas ellas en Lavapiés), entre otras, tras conseguir las pertinentes autorizaciones judiciales. Allí fueron detenidos los ciudadanos de Bangladesh Mohamed Anisur Rahman Ripon, de 31 años, y Mohamed Anayet Ullah, de 38, que se encargaban de dirigir la red. También fueron arrestados el resto de la banda, que estaba compuesta por un español, otras dos personas de Bangladesh, cinco senegaleses, una boliviana y un ciudadano de Costa de Marfil, según informó ayer la Delegación del Gobierno en Madrid. Tienen edades entre los 25 y los 53 años.

Los registros permitieron determinar que la banda tenía una nave industrial en Fuenlabrada, en la que almacenaban el material virgen que luego copiaban para su venta a los manteros.

Los policías se incautaron en los registros dos torres de grabación, compuesta por ocho duplicadoras de DVD y otras ocho de compactos, 46.500 discos falsificados de música y películas de vídeo, 3.100 juegos falsos de videoconsolas, 500 DVD piratas, 200.000 discos compactos y 2.000 DVD vírgenes, 30.000 carátulas, 2.300 estuches de DVD y 4.000 carcasas de compactos, 114.000 fundas de plástico, una guillotina, un sello y 3.000 euros en efectivo. Entre los discos falsificados, destacaban títulos como Operación Triunfo, el grupo Amaral, Ricky Martín, Paul McCartney o Bob Dylan, entre otros.

"Desde luego, estamos ante la organización más importante de copia y venta de compactos de Lavapiés. Investigaciones posteriores han permitido esclarecer que también vendían a manteros de municipios de la periferia de la capital y a las provincias limítrofes, lo que demuestra que tenía muchas ramificaciones", señaló Rosa María García, oficial de la Unidad de Relaciones Externas de la Policía Municipal.

La banda era capaz de colocar en el mercado hasta 2,5 millones de copias falsificadas, lo que habría supuesto más de 36 millones de euros en ventas al año. "Estas organizaciones trabajan entre 14 y 16 horas diarias, lo que le da una capacidad de hacer más de 200.000 copias al mes. Es la primera vez además que nos encontramos con grabadoras de DVD, lo que supone que estas redes cada vez cuentan con tecnología más puntera", señaló el responsable de la Oficina de Defensa de la Propiedad Intelectual de la SGAE, Pedro Farré.

Copias a 0,40 euros

La falsificación de discos compactos es uno de los negocios más rentables para los delincuentes, dado el bajo precio de las copias piratas.

Según los cálculos de la policía, copiar un compacto puede costar 0,40 céntimos de euros: aquí se incluye el coste del material virgen y su grabación, que no suele durar más de tres minutos gracias a los potentes ordenadores (conocidos en la jerga policial como tostadoras). Permiten hacer, además, entre siete y nueve copias del mismo original en ese tiempo.

Las bandas suelen vender estas copias a un euro o euro y medio, por lo que ganan hasta cerca de un 300% del capital invertido. El mantero (vendedor ilegal en la calle) también saca pingües beneficios por su actividad delictiva. Vende cada copia a un mínimo de tres euros. "Algunos vendedores que hemos detenido en la red de ayer envían a sus países de origen hasta 3.000 euros al mes de forma regular. Es decir, que ganan muchísimo dinero con este fraude", explicaron agentes que desarticularon la red de Bangladesh.

En el caso de los DVD, los costes son más altos, lo que también supone mayores beneficios. Tostar un DVD supone más tiempo (entre cinco y siete minutos) y más materiales: además de carátula y un folleto informativo en el interior, suelen llevar unos estuches parecidos a las cintas de vídeo. Esto dispara el precio de la copia a un euro, aproximadamente. Pero su precio de venta al mantero está fijado en tres o cuatro euros. El mantero lo vende, como mínimo, a seis euros, con las consiguientes ganancias. "Los más vendidos en el top manta son siempre los grupos y cantantes españoles", señaló Pedro Farré, de la Sociedad General de Autores (SGAE).

Durante 2002 fueron intervenidos en la capital más de medio millón de discos compactos en más de 8.000 actuaciones. Según un informe de 2002 de la SGAE, Madrid es la capital de la piratería, con un 41,7% de incidencia de estas ventas ilegales.

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