China busca un lugar en la escena internacional acorde con su peso
El presidente Hu Jintao quiere intensificar el diálogo Norte-Sur
La primera participación de un líder chino en una cumbre de los siete países más industrializados del mundo más Rusia (G-8) estuvo cargada de simbolismo -fue también la primera salida al exterior de Hu Jintao como jefe de Estado y secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh)- y revela el tímido pero creciente interés de China en los asuntos internacionales. El gigante asiático quiere dejar claro el peso de su papel en el mundo.
Además, Hu se presentó ante los grandes líderes mundiales después de haber firmado con Rusia la construcción de un oleoducto que sella una integración regional entre dos potencias nucleares, algo que hace apenas unas décadas habría desatado todas las alarmas.
Pese a la evidente complacencia con que Hu Jintao, de 60 años, cortejó y se dejó cortejar por Jacques Chirac, Vladímir Putin y George Bush, el dirigente chino trató de mantener el equilibrio entre el poder que le confiere representar a la sexta economía del mundo, justo detrás de Francia, y estar a la cabeza de los países emergentes. El presidente chino ni tan siquiera se refirió públicamente a la posibilidad de que su país ingrese en el selecto club de los ocho y centró sus discursos en la necesidad de estrechar el diálogo entre los países del Norte y del Sur.
"Eso es una cuestión para el futuro", se limitó a decir el consejero de Estado Tang Jiaxuan, que acompañó a Hu en su viaje. Con una renta per cápita anual de 850 euros, China sostiene que su lugar está entre los países con economías emergentes, pero que apoya una mayor integración y cooperación entre el Norte y el Sur.
Aunque el presidente norteamericano hizo oídos sordos de las sugerencias de su homólogo francés de expandir el G-8, nadie duda de que China sería el primer candidato para unirse al grupo, tanto por su peso económico como político, puesto que es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Pekín, obsesionado con el desarrollo del país, se ha mantenido en los últimos tiempos casi al margen de las discusiones que se han presentado en el Consejo, pero cada día son más las voces que claman, tanto dentro como fuera del país, para que China abandone su política pasiva y participe más activamente en la resolución de los conflictos internacionales.
Tanto con Putin como con Chirac, Hu Jintao destacó la importancia de cimentar las relaciones de "socios estratégicos" que China mantiene con Rusia y con Francia, al tiempo que hizo hincapié en la urgencia de crear un mundo multipolar y de reforzar el papel de Naciones Unidas como garante de la paz y de la estabilidad internacional.
En marzo pasado, amparada en la decisión de Francia de ejercer su derecho de veto si se presentaba una nueva resolución en la ONU para dar luz verde a la guerra contra Irak, China se mostró dispuesta, al igual que Rusia, a apoyar también con el suyo la posición francesa. Pekín es consciente de que ha llegado el momento de acompañar las grandes declaraciones con gestos que dejen claro su peso en el mundo.
"El establecimiento de un justo y racional nuevo orden económico mundial se corresponde con los requisitos de la globalización económica y se ajusta al interés común de todos los países", declaró el presidente chino el domingo pasado en Evian, ante sus colegas del G-8 y de otros 10 países emergentes que, como China, habían sido invitados a participar en la reunión.
Tras el duro revés que ha supuesto para China el síndrome respiratorio agudo severo, Hu afirmó que la epidemia está bajo control pero se guardó muy mucho del optimismo triunfalista con que los dirigentes chinos solían envolver las catástrofes. Los economistas estiman que la enfermedad puede costar a China un punto en el crecimiento de su PIB, lo que reduciría éste a un 6,5% en lugar del 7,5% previsto para 2003.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.