La OTAN descartó a Iberia y Air Europa para transportar a las tropas, según Trillo

El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, presentó ayer en el Congreso una visión de los aviones ex soviéticos empleados para el transporte de tropas situada a años luz de la que describen los soldados españoles que han volado en ellos. Frente a las imágenes de cargas mal sujetas, ruedas gastadas y cables colgando por la cabina que han difundido los medios de comunicación, Defensa distribuyó a los diputados una foto del Yakolev 42 siniestrado el pasado día 29 con 62 militares españoles a bordo tomada de la web publicitaria de la compañía ucrania UM Air, propietaria del aparato.

Pero cuando Trillo-Figueroa dejó estupefactos a los parlamentarios fue cuando explicó que en el concurso que convocó la agencia NAMSA de la OTAN por encargo de Defensa quedaron eliminadas las compañías españolas Iberia y Air Europa. "Usted vuele con la línea ucrania, que yo seguiré volando con Iberia", le contestó Ramón Companys, de CiU.

A lo largo de la sesión, que se prolongó cuatro horas y media, Trillo-Figueroa no deslizó ni una sola autocrítica. Sólo al final recordó que ha comprometido su responsabilidad política y que la asumirá si, del resultado de la investigación de las causas del accidente "resultara probada culpa o negligencia" por parte de su departamento.

No obstante, ya en su intervención inicial adelantó que, según las informaciones preliminares, el siniestro "se produjo por un cúmulo de circunstancias entre las que destacan las malas condiciones meteorológicas y sobre las que decidió, fatalmente, el fallo humano".

Junto al ministro, pero sin intervenir públicamente en ningún momento, se sentó el jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), almirante Antonio Moreno Barberá, a quien Trillo-Figueroa atribuyó la responsabilidad de haber decidido "con acierto" alquilar los aviones ex soviéticos a través de la agencia NAMSA. Comparó este procedimiento con el que sigue el propio Congreso, que compra los billetes de avión de los diputados a través de una agencia de viajes sin que nadie la ponga bajo sospecha.

En todo caso, defendió la calidad de la aviación ucrania, que cuenta con la misma calificación que la española por parte de la agencia federal estadounidense, según dijo, y del propio avión siniestrado, el Yak-42, que fue sometido a una revisión de mantenimiento, "algo así como una ITV", en fecha tan reciente como abril pasado y recibió las correspondientes certificaciones de aeronavegabilidad por parte de las autoridades de Kiev. Incluso citó textualmente las declaraciones del presidente de la compañía, un libanés de 32 años, quien dijo que "sus aviones son periódicamente inspeccionados por representantes de la ONU y de la OTAN para confirmar sus aptitudes". No explicó si se ha confirmado esta afirmación con los organismos aludidos.

Aseguró que, antes del accidente, no se habían presentado "denuncias ni quejas, ni verbales ni escritas, a ninguno de los tres jefes del Estado Mayor de los Ejércitos, ni al Jemad, sobre la capacidad técnica o las condiciones de seguridad de los aviones". La única excepción, aclaró, fue una protesta del teniente coronel Solar, precisamente uno de los fallecidos en el accidente, por el retraso que sufrió en la salida de un avión.

Afirmó que la suspensión de los vuelos, se debió a la "gran inquietud y descontento" que produjo el accidente y a la necesidad de "evitar que se agravase la alarma social". Para sorpresa de todos los presentes, aseguró que las fotografías publicadas en la prensa las había encargado él mismo a un comandante destinado en la Dirección de Relaciones Institucionales de su departamento. Luego matizó que el encargo que hizo al comandante, procedente del Ejército de Tierra, no se refería a la comprobación del estado del aparato y sus condiciones de seguridad, sino a la confección de un reportaje para la revista del ministerio sobre la ayuda humanitaria para Irak de la ONG Mensajeros de la Paz.