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Columna
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Voto urbano

Las elecciones han tenido un resultado tan discutido como indiscutible porque, interpretaciones aparte, lo que dicen los datos es que el PSOE ha ganado en Andalucía. Tan cierto como que, por ejemplo, ha perdido el Ayuntamiento de Granada, el fracaso más estrepitoso y que más sorprendió a los socialistas andaluces la noche electoral. Eso y el hecho de que el PP haya conseguido seguir gobernando en la mayoría de las capitales, ha dado para interpretaciones a la baja que, en pura justicia no se corresponden con la realidad.

Mantienen algunos que al PSOE continúa resistiéndosele el voto urbano, aunque también es cierto a la vista de los números que gana voto en las capitales. Ahora bien ¿el voto que gana es suficiente para considerar que ha empezado a convencer a los jóvenes y a los profesionales urbanos? A los que le han votado desde luego, pero el PSOE tendrá que considerar si en la reconquista de ese voto, que tuvo mayoritariamente en los ochenta, le quedan algunas cosas por hacer. De la misma manera que tendrá que saber el PP, cuales son las razones por las que la gente en los pueblos sigue sin confiar en ellos. En todo caso, hay otro análisis que está por hacer y es el que aclare qué es exactamente voto urbano hoy, porque no solamente es imposible considerar voto rural el de los municipios de las áreas metropolitanas de las capitales, donde suelen concentrarse núcleos de población mayoritariamente joven y profesional, sino que incluso en pueblos más alejados, los hábitos, las formas de vida, como consecuencia de la modernización que experimentaron a partir los años ochenta, son ya formas de vida urbanas.

La cualidad de urbano a estas alturas seguramente trasciende lo geográfico para responder a lo sociológico por lo que el voto rural podría ceñirse a los núcleos agrarios, donde incluso es posible que los más jóvenes de esos lugares tengan también hábitos y por tanto reacciones y actuaciones en cuanto al voto similares a las de los jóvenes urbanos. Está por hacer el análisis de lo que es hoy voto urbano y por cierto, está por saber la razón por la que se insiste en distinguir entre voto urbano y rural sólo en Andalucía, siendo como es todo el corazón, es decir el interior más estricto de España, agrícola en cualquier lugar. Curioso.

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