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Condenado a 12 años de cárcel un hombre que mató a su esposa en Villaverde

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 12 años de prisión a José Luis Muñoz Lanzarote, de 47 años, acusado de matar en julio de 2001 a su esposa, María Luisa Reyes Gómez, de 45, de la que se estaba divorciando y a la que asestó varios golpes y puñaladas al sentirse humillado por la relación sentimental que la mujer mantenía con otro hombre. Así lo establece una sentencia de la Sección Séptima de la Audiencia, que considera al procesado autor de un delito de homicidio, con la concurrencia de las agravantes de abuso de superioridad y parentesco, y las atenuantes de arrebato y confesión.

La resolución también obliga al imputado a que indemnice a los dos hijos del matrimonio con 8.500 euros por los daños morales causados. José Luis Muñoz fue enjuiciado por un jurado popular, que le declaró culpable por unanimidad de la muerte de su ex esposa, aunque consideró que actuó bajo un estado de arrebato que le disminuía levemente su capacidad para comprender la ilicitud de sus actos.

Así, la sentencia, basada en el fallo del jurado, declara probado que hacia las 13.30 del 7 de julio de 2001 el imputado acudió al número 2 de la calle de la Pleamar, en Villaverde, donde se ubicaba el domicilio que compartía con su esposa, a pesar de que ambos estaban separados y en proceso de divorcio.

En un momento dado, el imputado propinó a la víctima un fuerte cabezazo que hizo caer a la mujer al suelo, donde le asestó diversas puñaladas por todo el cuerpo que le afectaron al cuello, tórax, rostro y a la mano derecha, ocasionándole la muerte.

En su fallo, el tribunal señala que José Luis tuvo intención de matar a su esposa y que estos hechos eran previsibles, dadas las declaraciones de los dos hijos del matrimonio.

El fallo establece que la víctima vio notablemente disminuidas sus posibilidades de defensa frente a su marido, que empleó un cuchillo de 21 centímetros y le asestó un fuerte cabezazo que la dejó en inferioridad. Además, reitera que el propósito de José Luis era el de acabar con la vida de la agredida, y no sólo el de lesionarla, como exponía la defensa. José Luis y María Luisa se habían separado dos años antes de que ocurrieran los hechos, aunque el hombre se resistía a abandonar el domicilio de su mujer. En julio de 2001 habían iniciado los trámites de divorcio, y ella había emprendido una nueva relación sentimental junto a Alberto P. A., que no visitaba el domicilio de su compañera estando presente el condenado.

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