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IU confía en gobernar tres ciudades vizcaínas con el PNV y en pactar en Guipúzcoa con el PSE

La política de pactos abiertos aumenta notablemente la influencia de la federación

Ésta es la semana crucial para cerrar los acuerdos que marcarán los gobiernos de muchos ayuntamientos. Izquierda Unida aspira a ganar poder con respecto al pasado mandato gracias a su nueva política de pactos a la carta. La federación está abierta a acuerdos casi con cualquiera que no sea el PP. El lugar paradigmático de esta situación es el País Vasco, donde pactará en Bilbao con el PNV, mientras que en Guipúzcoa apoyará a los socialistas.

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Pese a sus reiteradas crisis, el poder municipal de Izquierda Unida sigue siendo notable. Hasta las elecciones del domingo, según sus datos, tenía 148 alcaldías (de un total de 8.108 en toda España), y participaba en otros 172 ayuntamientos como apoyo de otras fuerzas, sobre todo del PSOE. El lema de la federación es que tiene presencia en gobiernos que gestionan los intereses de cinco millones de personas.

Aún es pronto para saber cómo quedará la situación cuando se constituyan los nuevos ayuntamientos. Pero la dirección de IU ya asume que ganarán poder gracias a la nueva política de pactos, que ha pasado del tradicional programa, programa, programa de Julio Anguita a una apertura casi total.

La situación más compleja es la del País Vasco. El discurso tanto de Llamazares como de Javier Madrazo sostiene que ellos prefieren pactos a tres bandas, esto es ayuntamientos en los que se sumen PNV-EA, PSOE e IU. Pero eso es altamente improbable, así que la federación, que ha obtenido unos resultados espectaculares, triplicando sus representantes, se dividirá.

La situación es totalmente distinta en Guipúzcoa y en Vizcaya. Sobre todo por la opuesta relación que Ezker Batua mantiene con el PSE en estas dos provincias. Así, el escenario más probable es que la formación que dirige Javier Madrazo entre a gobernar con el PNV en Bilbao, Getxo y Basauri. La situación en la margen izquierda, donde IU también ha crecido mucho, sigue abierta, aunque es más probable que los socialistas se acerquen al PP.

Política aperturista

En Guipúzcoa, la tortilla se da la vuelta. Allí el socio natural de IU ya no es el PNV, sino los socialistas. Es el caso de Rentería, donde ya han gobernado juntos en los últimos cuatro años. En esta provincia los consistorios están muy divididos, sin mayorías claras, con presencia de Aralar, y todo es posible hasta el último día, pero la federación confía en entrar con los socialistas en Pasaia, en Irún, o incluso en San Sebastián, donde por primera vez ha obtenido un concejal.

El escenario principal de esta nueva política aperturista de IU es Cataluña. El acuerdo con Iniciativa per Catalunya-Verds, roto en 1997, permite a la federación que dirige Llamazares reaparecer en multitud de ayuntamientos. En Barcelona, donde Iniciativa ya estaba en el gobierno, han pasado de dos a cinco concejales. Entre otros municipios, IU confía en que su pacto participe en los gobiernos de Badalona, Hospitalet, Santa Coloma, San Adrià, Cerdanyola, Mollet y Blanes.

La otra comunidad donde la federación ganará claramente poder es Asturias. Allí confían en gobernar con los socialistas en Gijón y Avilés, dos de las tres grandes ciudades del Principado, además de Mieres, Pola de Siero, Pola de Lena y Langreo, donde sin embargo pierden la alcaldía.

La joya de la corona, por inesperada, es la pérdida de la mayoría absoluta de los socialistas que hace previsible la entrada de la federación en el Gobierno asturiano. Frente a las resistencias del PSOE, la dirección de IU confía en que la amenaza de no pactar en Madrid, donde son imprescindibles, sirva para entrar también en el Ejecutivo asturiano.

Hasta aquí los datos positivos. En Madrid, pese a entrar en la Comunidad, la izquierda pierde dos plazas muy importantes como Móstoles y Alcalá de Henares. IU ha bajado en la mayoría de las ciudades donde gobernaba con los socialistas.

Otros lugares donde IU pierde poder son capitales de provincia, como Albacete, Soria o Huesca, donde ya no son necesarios para gobernar. Y Burgos, donde salen del gobierno porque el PP recupera su mayoría absoluta. El sabor más claramente agridulce está en Andalucía. La federación insiste en destacar su crecimiento en Sevilla, donde previsiblemente pactará con el PSOE para gobernar, dejando de lado a los andalucistas. Con ella son tres las grandes ciudades en las que entra (Sevilla, Barcelona y Bilbao). Pero, a cambio, han perdido Granada y Almería, y bajan aún más en Málaga.

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