Alegaciones

En las pasadas elecciones municipales y autonómicas del 25 de mayo fui requerida por la Junta Electoral de Madrid para actuar como vocal primero en la mesa electoral donde me corresponde votar. Se da la circunstancia de que el padre de mi hijo de ocho años actuaba como presidente de mesa en el mismo colegio. Esta circunstancia, el hecho de que madre y padre de un menor tuvieran que pasar más de 18 horas en una mesa electoral fue alegada por mí para ser eximida de la obligación de asistir como vocal. Mi alegación fue denegada.

Durante la jornada electoral se acercaron, como en todas las mesas, muchos electores a votar y uno de ellos, conocido de la presidenta de mi mesa, había alegado ante la Junta al ser requerido como vocal, que tenía que asistir a la primera comunión de un primo suyo; su alegación fue admitida y fue eximido de esta labor. Yo me pregunto: ¿Cuál es el criterio que se sigue ante las alegaciones? ¿Cuáles son los derechos que el Estado protege? Yo más bien creo que es una señal más de la sociedad que estamos construyendo: incoherente y pacata y donde es más importante un acto social que la guardia y custodia de un menor de edad.