España y otros ocho países amenazan con bloquear la Convención si no se aceptan los acuerdos de Niza
El duro pulso entre el Gobierno español y el presidente de la Convención, Valery Giscard D'Estaing, subió ayer de tono y rayó en la confrontación. Al comentario de Giscard de que España está "aislada" al rechazar la nueva fórmula para votar en el Consejo de la UE, respondió ayer el Ejecutivo español con un documento dirigido a la Convención, firmado también por otros ocho países, en el que amenaza con bloquear las conclusiones de esa asamblea encargada de redactar la Constitución Europea para dejar en manos de los Gobiernos la solución de los aspectos más conflictivos.
El proyecto de Constitución prevé que las decisiones en el Consejo de la UE se adopten por una mayoría de países que representen al menos a un 60% de la población de la UE. España, por el contrario, quiere que se mantenga en vigor la fórmula pactada en Niza en diciembre de 2000, según la cual los cuatro grandes países de la Unión (Alemania, Reino Unido, Francia e Italia) tendrán cada uno 29 votos de un total de 345, mientras España y Polonia tendrían 27. Con la propuesta del proyecto constitucional, España podría bloquear con facilidad, gracias al apoyo de algunos países medianos y pequeños, acuerdos de los países más grandes, una opción que no tendría con la nueva fórmula.
El documento, firmado también por Reino Unido, Irlanda, Dinamarca, Polonia, Austria, Chipre, Lituania y Suecia, señala que, si en algún punto clave como el citado hay desacuerdo, habrá que presentar opciones ante la posterior Conferencia Intergubernamental (los representantes de los Gobiernos, que tendrán la última palabra), con lo que la Convención quedará en entredicho. Para los firmantes, las condiciones en las que debe trabajar la Convención en busca de un consenso "no se cumplirán si decidimos volver a negociar el paquete institucional acordado en Niza". Añaden los firmantes que ese pacto de Niza "no es perfecto, pero representa un punto de equilibrio y, pese a las críticas fáciles de algunos, creemos que puede servir a la Unión".
A la activación de este frente se sumó el agravamiento de la pelea entre Giscard y el presidente de la Comisión, Romano Prodi, que ha calificado de "paso atrás" el proyecto constitucional. Giscard le retó ayer en el pleno de la Convención a que critique menos y haga más propuestas. Prodi le contestó en un comunicado que Giscard debe aspirar a ser recordado como "uno de los padres fundadores de una moderna Constitución, y no como alguien cuya sabiduría fue socavada por quienes son incapaces de admitir que el statu quo nos paraliza a todos". De otro lado, el comisario Michel Barnier, miembro del Presídium de la Convención, propuso en el pleno que la Constitución incluya la figura del ministro europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, mister Euro, que presidiría las reuniones de los ministros de Finanzas de la eurozona (Eurogrupo) y de la Unión (Ecofin). Sería el segundo ministro europeo, porque el proyecto ya prevé un ministro europeo de Exteriores que presidiría el Consejo de Ministros de Exteriores. La propuesta fue bien acogida por los eurodiputados de la Convención.
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