Mujeres con coraje por imperativo terrorista
Las batallas de Urchueguía, Pagazaurtundua y Lluch
Ana Urchueguía, Maite Pagazaurtundua y Mireia Lluch concurrieron el 25 de mayo en las listas del PSE-EE; las dos primeras, como cabezas de lista de Lasarte-Oria y Urnieta (Guipúzcoa), y Lluch como independiente en el penúltimo puesto de la lista de San Sebastián. A estas tres mujeres, les une más de lo que se ve a primera vista. Sus rostros, antes poco conocidos, saltaron a las portadas de los periódicos en los últimos años por imperativo terrorista.
Urchueguía, alcaldesa de Lasarte-Oria desde 1986, senadora y mujer volcada en la cooperación, protagonizó los informativos del 20 de marzo de 2001 por el arrojo que mostró en el tenso pleno de condena del asesinato del primer teniente de alcalde, Froilán Elespe. A ella -que ha revalidado su mayoría absoluta- le debe el partido en gran parte el mantenimiento de un bastión socialista en la comarca de San Sebastián. Lasarte-Oria, dicen, es Urchueguía, trabajadora incansable y partidaria de la firmeza contra ETA.
Como Pagazaurtundua, que también sabe lo que es vivir bajo la amenaza terrorista y tener que hacer alarde de entereza en medio del dolor. A su hermano Joseba, jefe de la Policía Local de Andoain y miembro de ¡Basta Ya! -como ella- le mataron el 8 de febrero. Y Maite (Hernani, 1965), filóloga y concejal del PSE-EE en Urnieta -antes fue parlamentaria en Vitoria- plantó cara a ETA y al nacionalismo moderado. Su valentía le sirve lo mismo para enfrentarse al Gobierno vasco por no haber sacado a tiempo a su hermano de Euskadi, que para destapar irregularidades que han desembocado esta legislatura en la dimisión de dos alcaldes de Urnieta, José Ignacio y Maixa Lizeaga, del PNV, partido que ha gobernado con mayoría absoluta durante cinco legislaturas. Representa el éxito del partido en Urnieta, que ha pasado de dos a cinco ediles, frente a los seis del PNV.
Su marcado perfil político contrasta con el de Mireia Lluch (Valencia, 1972), hija del ex ministro socialista de Sanidad Ernest Lluch, asesinado por ETA en 2000. Su aventura electoral ha sido puramente simbólica, porque Lluch, licenciada en Historia del Arte que se dedica al cine, carece de vocación. Su única bandera es el diálogo, principio que defendió su padre y se perpetúa, a su juicio, con el alcalde donostiarra, Odón Elorza. Sabía que no iba a salir elegida. Era la candidata 26 y Elorza se ha afianzado con 10 ediles.
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