Por fin, reflexión en el PSOE de Estepona
Estepona ha manifestado su voluntad. Los resultados electorales están encima de la mesa, y le corresponde al Pleno tomar el acuerdo para conformar gobierno. Una lectura rápida de lo que el pueblo ha dicho es que hay que negociar; las mayorías absolutas son peligrosas.
En cuanto a las negociaciones para llegar al acuerdo de gobierno, parece ser que la más natural sería PP-PES, porque, de una u otra forma, son de la misma cuerda: ambos tienen el talante mercantilista del resultado de la cuenta de explotación (si beneficio sí, bien; si pérdidas sí, no). Por tanto, coinciden en lo del beneficio, sobre todo en el económico. Lo otro, las pérdidas, se refiere al Estado de Bienestar Social.
Queda por ver qué talante aplicará el PSOE para interpretar la voluntad del pueblo de Estepona, y que se interprete por el pueblo que ha interpretado bien el PSOE: el pueblo se inclina por el socialismo, no quiere más sucedáneos que pasen por acuerdos que, como los pasados, les lleven a la ambigüedad y la ruptura mediante el sistema de moción traidora y fraudulenta. El socialismo vive momentos reflexivos y se deja ver, más que por el movimiento interno en los partidos de izquierdas, por los movimientos sociales que son los que tienen la última palabra. Y esta palabra se ha dejado sentir en las urnas: el PSOE ha obtenido la reválida, con los seis concejales; e IU, igualmente, ha revalidado su concejal de costumbre. Aunque considero que ambos partidos pueden elevar su representación siempre y cuando sepan interpretar bien a su electorado, que es, básicamente, de izquierdas.
A Antonio Barrientos le quedan cuatro años para aprender lo que no ha querido aprender en el corto plazo de ascensión arribista que le ha llevado a donde está, para estudiar sin prisas lo que representa el socialismo de Pablo Iglesias: igualdad, solidaridad, libertad y justicia. Parece que lo único que ha aprendido don Antonio ha sido la libertad, pero la que se ha tomado para eliminar a compañeros que le resultaban molestos. Todavía está a tiempo de reflexionar. El pueblo es soberano, y agradecido, a pesar de que se le mienta.
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