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Euba reflexiona en Pamplona sobre la verdad o la mentira de la "ficción documental"

El videocreador bilbaíno exhibe la exposición 'Gatika, una doble acción final colectiva'

Una obra videográfica, Gatika, doble final, estructura la exposición que Jon Mikel Euba (Bilbao, 1967) ha creado para la galería de arte contemporáneo Moisés Pérez de Albéniz, en Pamplona. Rodado en la localidad de Gatika, el filme plantea por primera vez la idea de filmar una ficción y presentarla como si fuera un documento. "Hoy en día nada es verdad ni mentira", afirma el artista, irritado por la apropiación de la "idea de verdad" de la información televisiva pese a ser "un acto de construcción de una ficción similar al de una película".

Euba realizó tiempo atrás en un paraje boscoso de Vizcaya una performance inspirada en los trabajos colectivos de la década de los setenta y consistente en pintar los nombres de otros artistas en los cristales de un vehículo y circular después, infringiendo notoriamente el código de circulación, hasta Bilbao. Fue una acción "furtiva" entre el espacio público y el escondite privado.

Un año después recreó la misma acción filmándola. "Creamos una situación ficticia con dos protagonistas encapuchados y una fuerte carga ideológica que somete al espectador a la mentira creada", señala Jon Mikel Euba. "La diferencia", explica el videocreador, "es que si en los setenta las acciones eran documentos de una acción real, en este caso yo me desdoblaba en dos personajes con máscara".

Se trata de una aproximación a la idea de la presencia colectiva del artista ante la sociedad que Euba considera "casi imposible" de realizar actualmente. "En el País Vasco Arteleku y otras iniciativas han facilitado más esa interrelación, pero fuera, el artista se enfrenta mucho más directamente al mundo del comercio o la galería".

Galardonado con importantes premios como el Altadis francés o Gure Artea 2002, y después de estar presente en la Manifesta 4 celebrada en Frankfurt, Euba mantiene abierta en la Fundación Tapies de Barcelona la exposición que pudo verse hasta febrero en Artium (KYD Kill'em all), basada en videoinstalaciones y fotografía. En Pamplona ha variado la perspectiva. "Me interesa enseñar todo el proceso de trabajo que he desarrollado", afirma el artista bilbaíno, "Es la misma temática pero en Pamplona he creado las fases previas que desembocaron en lo que se vio en Artium y la Fundación Tapies".

Euba ha configurado enormes dibujos correspondientes a planos de vídeo posteriormente rodados. Las palabras robadas, ausentes de la imagen, aparecen en otra sala, acompañando al dibujo, como lenguaje de diseño gráfico que inunda de textos el espacio y descompone los tiempos creativos. Algunos de los dibujos, con claras referencias a la violencia, no pudieron ser exhibidos en Frankfurt por estar prohibido en aquel país hablar sobre violencia en espacios públicos. Ahora, Euba los muestra en Pamplona, en esta reflexión sobre artistas "que se mueven fuera del mercado", con una autosuficiencia experimental. La videocreación es en Jon Mikel Euba, que se confiesa un "teleadicto", una reflexión sobre la lógica del documental en la que se crea una narración falsa.

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