"Hay muchas modas peores que la del desarrollo sostenible"
Stefan Kuhn admite que le cuesta explicar, incluso a su padre, cómo se gana la vida. Kuhn, alemán nacido en 1966, trabaja para el Consejo Internacional de Iniciativas Ambientales Locales (ICLEI, por sus siglas en inglés), una red de 400 ciudades de todo el mundo. Él dirige en Europa el programa Agenda Local 21 con el que ICLEI pretende demostrar en esta red de ciudades que el desarrollo y el respeto a los recursos naturales, limitados, son compatibles. Kuhn ha estado en Euskadi para supervisar un proyecto internacional en el que participan la mancomunidad de Durango y las comarcas de Mungia y Gernika. La ONG Bakeaz es su contraparte en España.
Pregunta. ¿Qué esperan cambiar en esas 400 ciudades?
"6.500 ciudades trabajan para vivir mejor sin destruir el ecosistema"
Respuesta. Queremos lograr en nuestras ciudades cosas que los gobiernos nacionales intentan hacer pero no suelen conseguir. Por ejemplo, si estas 400 ciudades redujeran en conjunto sus emisiones de CO2 al nivel al que todo EE UU pretenden reducirlas, sería la prueba de que es posible. Es un proceso en el que no hay plazos sino ocasiones. La UE, por ejemplo, nos consulta para conocer la perspectiva de las ciudades sobre una normativa que está elaborando porque ella no trata directamente con ciudades.
P. ¿Qué ha logrado ICLEI?
R. Nuestro mayor logro por ahora es que las autoridades de 6.500 ciudades están trabajando en agenda local 21. Algo que hace diez años, cuando inventamos esta idea, era inimaginable. Es un concepto que prácticamente nadie entiende pero miles de autoridades locales intentan entenderlo e implementar. La idea es no aspirar sólo a mayor riqueza, más vivienda, más, más,... sino saber que podemos vivir mejor sin destruir el ecosistema.
P. ¿Les cuesta mucho convencer a los políticos?
R. Llegan al desarrollo sostenible por diferentes vías. Una posibilidad es que tienen un problema que no pueden resolver con métodos tradicionales: tienen inundaciones periódicas y ven que tienen que repensar su diseño urbanístico porque si no habrá inundaciones cada año. Otra vía es la de buscar promoción porque el desarrollo sostenible se ha convertido en un término de moda en los últimos dos años.
P. ¿Y eso le preocupa?
R. No me importa si la gente se sube a este tren porque cree que está de moda. Se llevan la documentación y aprende. Vuelven a casa y las cosas empiezan a cambiar. Creo que Hannover o Hidelberg, ciudades muy premiadas internacionalmente en el contexto del desarrollo sostenible, buscaban al principio oportunidades para venderse. Querían crear la imagen de estar a la última y eso significaba desarrollo sostenible. Hoy han comprendido realmente qué significa. Hay muchas modas peores que la del desarrollo sostenible. ¿Por qué no crear la moda de las energías renovables?
P. ¿Un ejemplo concreto de cambio propiciado por el desarrollo sostenible?
R. Las energías renovables demuestran bien cómo podemos combinar nuestra calidad de vida con un daño menor al medio ambiente. Hoy no podemos imaginar vivir sin luz, calefacción, transporte u ordenadores pero, por otro lado, usamos demasiados combustibles fósiles, que se están acabando. Pero no habrá desarrollo sostenible sin la participación de la gente. La Agenda 21 ha influido mucho al introducir o resucitar la participación ciudadana. Es increíble que en un país dónde casi no había poder a nivel local, los ciudadanos estén haciendo el presupuesto como en Porto Alegre (Brasil).
P. ¿En qué consiste su trabajo en varios municipios vascos?
R. Hemos decidido fijarnos en problemáticas municipales concretas y no sólo en cómo queremos vivir en unos años. El desempleo es una de ellas. Implica no tener trabajo, tampoco dinero, no ser apreciado socialmente y correr el riesgo de caer en la delincuencia, de perder la vivienda. Los políticos dicen: 'Necesitamos construir en este área porque vamos a crear trabajo y no podemos preocuparnos del medio ambiente aquí'. Nosotros contestamos: apliquemos el desarrollo sostenible a la creación de empleo.
P. ¿Ustedes les enseñarán cómo hacerlo a estos pueblos?
R. Damos cursos a funcionarios municipales, de empleo y medio ambiente, para que elaboren planes locales de creación de empleo sin reducir los recursos naturales. En el empleo, la cantidad importa pero también la calidad: trabajar en un sitio que no sea ruidoso o al que sea fácil llegar. O se pueden crear nuevos empleos en el ámbito de las energías renovables, del transporte público o de teletrabajo. Es un programa, financiado por la UE y administraciones locales, que realizamos simultáneamente en seis países europeos.
