Los datos de la Margen Izquierda ensombrecen el balance del PSE

El partido socialista, que celebró la noche electoral en el Hotel Ercilla de Bilbao, recibio los resultados electorales con moderado optimismo, ensombrecido por la pérdida de las mayorías en localidades como Santurtzi y Portugalete y Abanto-Ciervana. Los socialistas aseguraron que en estas elecciones gran parte del voto de la ilegalizada Euskal Herritarrok se traslado directamente a la coalición PNV-EA.

Rodolfo Ares destacó que los socialistas consiguieron ser la segunda fuerza en Euskadi, en Vizcaya y en Guipúzcoa. Frente al retroceso del bastión socialista de la Margen Izquierda, Ares subrayó la importancia de alcanzar las alcaldías de Zumarraga y Pasaia y de haber quedado empatados con los nacionalistas en Andoain.

Al cierre de esta edición el secretario general de los socialistas vascos, Patxi López, todavía no había comparecido ante los medios de comunicación para valorar los resultados electorales. Mientras la prensa esperaba la comparecencia en un salón de la planta baja del hotel, López rodeado de la ejecutiva socialista vasca permaneció encerrado en otras dependencias del hotel analizando los datos. Un gran salón para ofrecer un cóctel y agradecer el apoyo de militantes y simpatizantes permanecía a las 23.30 horas completamente vacío.

Los socialistas, así como el Partido Popular, estaban esperando con extremada cautela los resultados de las Juntas Generales. El territorio que más precocupación causaba en las filas socialistas era Álava, donde con poco más del 25% escrutado los partidos constitucionalistas -PP y PSE-EE- sumaban una ligera ventaja respecto a la coalición nacionalista.

Aplausos para Guevara

Mientras en Bilbao se mantenía una situación de espera a los resultados definitivos, en Álava los socialistas aplaudían a primeras horas de la noche el tirón electoral de su candidato por Tierras Esparsas, Emilio Guevara, ex diputado general de Álava por el PNV, que ha logrado un escaño para los socialistas por primera vez en la historia del partido.

Los socialistas desde el primer momento apostaron por la cautela. Pese a los requerimeintos de los medios de comunicación, restrasaron al máximo sus valoraciones. La polarización del voto entre los bloques nacionalista y constitucionalista mantuvo al socialismo paralizado, ya que durante toda la campaña habían apostado por un proyecto propio y autónomo, tanto del PP como de los nacionalistas.

El PSE-EE dejó muy claro a lo largo de la campaña que solamente daría su apoyo al PNV-EA si su proyecto para el próximo mandato pasaba por el abandono del plan soberanista de Ibarretxe. Si no se da ese escenario, los socialistas manifestaron que inclinarían por apoyar opciones constitucionalistas.