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El Supremo impone una multa a una naviera por no custodiar a cuatro polizones que huyeron en Castellón

La sala tercera de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha condenado a una naviera argelina al pago de una multa de 90.000 euros por la negativa del capitán de uno de sus buques a custodiar a cuatro polizones descubiertos mientras el barco atracaba en el puerto de Castellón. La sanción inicial impuesta por la Dirección General de la Marina Mercante, cifrada en 150.000 euros, se redujo por decisión del alto tribunal.

El fallo establece que el capitán se negó a colaborar con las autoridades portuarias y policiales en la custodia de los polizones que lograron escapar del barco saltando por la borda.

La Compañía Nacional Argelina de Navegación fletó un barco desde Orán (Argelia) con destino al puerto de Castellón, que arribó en junio de 1997. Una vez que el buque se encontraba en la bocana del puerto la tripulación descubrió a un joven argelino, de 17 años, entre la mercancía. El capitán alertó a las autoridades españolas de la presencia del joven en su barco y de la posible presencia de otros tres jóvenes más, que también fueron hallados en el interior de la chimenea del barco por personal del puerto y la propia tripulación. Una vez descubiertos, la Policía Nacional advirtió al capitán de la obligación de custodiar a los cuatro polizones hasta su regreso a puerto argelino.

Sin embargo, el capitán del buque objetó que carecía de medios y de instalaciones para retener a los cuatro jóvenes. No obstante, y ante la presión de las autoridades españolas, el capitán accedió finalmente a retener a los cuatro polizones en una cabina libre. Sin embargo, cuando "el capitán decidió trasladarles a otro compartimento más espacioso y adecuado, en ese momento, tres de los cuatro polizones saltaron por encima de la borda a tierra y se escaparon", según la sentencia. Los magistrados consideran que "el capitán del citado buque consintió la fuga de los polizones en la medida que no adoptó ninguna medida para evitar la fuga de los mismos", puesto que en todo momento el responsable de la nave se opuso a cumplir la orden de mantener a los polizones a bordo. La sala explica que la infracción no se refiere a la fuga de los tres jóvenes argelinos, ya que el reglamento no castiga esta evasión, sino la decisión del capitán de no poner los medios necesarios para tratar de "cumplir la obligación de mantener a bordo a los polizones".

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