Anecdotario de una jornada tranquila

La jornada electoral, marcada por la normalidad, contó con las habituales anécdotas:

- Incendio. En Tocina (Sevilla), el colegio electoral ubicado en el Hogar del Pensionista abrió con un cuarto de hora de retraso porque la noche anterior alguien causó un incendio arrojando papeles quemados por la ventana, lo que obligó a trasladar las mesas y urnas a una habitación contigua.

- De novia. Yolanda Sojo, una votante de Jerez, acudió al colegio electoral acompañada por su esposo, Evaristo Molina, y los padrinos de su boda, que se celebró la noche antes y acabó cuando se abrían los colegios electorales, momento que aprovechó para ejercer su derecho.

- Embarazo. Una mujer que estaba designada como presidenta de una mesa electoral se presentó en avanzado estado de gestación. "Parece que en su día no alegó su estado ante la Junta Electoral, aunque podría haberlo hecho, y allí mismo quedó claro que no se podía quedar", dijo el subdelegado del Gobierno en Málaga, Carlos Rubio.

- Enfado. Un votante de Teba (Málaga) que no vio su nombre en la lista, en lugar de preguntar, se lió a golpes con la urna y la destrozó.

- Ataque de nervios. En Torremolinos, donde se había constituido con normalidad una mesa y despedido, por tanto, a los suplentes, a uno de los vocales le dio un ataque de pánico y se fue corriendo, por lo que fue necesario recurrir a un votante que estaba allí en ese momento para que ocupara su puesto.

- Pelea. El presidente de una mesa electoral de Málaga y un vocal se pelearon por causas no precisadas. Tras la discusión, en la que casi se llegó a las manos, el presidente y el vocal se fueron del colegio y la mesa se tuvo que constituir con las personas que habían sido seleccionadas como suplentes.

- Apertura a golpes. La Policía Local de Lepe (Huelva) tuvo que utilizar un martillo de grandes dimensiones para romper el candado del colegio La Noria, ya que a la hora de abrir esta sede electoral no había nadie que tuviese la llave.

- Tachaduras. Antonio Gómez Parra, apoderado del PSOE, informó de que en una mesa de Vélez Málaga se detectaron papeletas con tachaduras con el objetivo de anular el voto si, por error, se introducían en la urna.

- Urnas en la calle. El presidente de una mesa electoral instalada en la Casa de la Juventud de Fuengirola (Málaga) tuvo que sacar la urna a la calle para que dos ancianas de unos 85 años pudieran ejercer su derecho al voto. La Casa de la Juventud, situada en la primera planta del mercado del Boquetillo de esta localidad malagueña, carece de ascensor y tiene unos treinta escalones. El número ocho de la lista electoral de IU a la alcaldía de Jaén, Alfonso Huertas, también votó en la calle al no poder acceder con su silla de ruedas al IES San Juan Bosco de la capital jiennense debido a los 13 escalones que dan acceso al colegio electoral.

- Enfermos. El servicio de traslado de enfermos fue reclamado en su mayor parte en la provincia de Granada, con cien usuarios, seguida a mucha distancia por los diez de Sevilla y uno en Cádiz y Huelva, respectivamente.

- Actuación. El candidato del PP a la alcaldía de Algeciras, Manuel Palenzuela, simuló una segunda votación para que la prensa pudiera fotografiarle.

- A ciegas. Un invidente formó parte como vocal de una mesa electoral de Granada, donde, ayudado por un sonobraille, sistema de reconocimiento de voz, registró con total normalidad las votaciones.