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Reportaje:RAÚL GUERRA GARRIDO | Escritor

Raúl Guerra Garrido reinterpreta el Bierzo en su 'Cuaderno secreto'

Los años de la infancia y los escenarios de la comarca leonesa del Bierzo han vuelto a aparecer en la literatura de Raúl Guerra Garrido (Madrid, 1935) en Cuaderno secreto (Editorial El Aleph), como ya ocurrió en sus novelas El otoño siempre hiere (2000) o en El año del wolfram (1984). Un viejo cuaderno de notas de su abuelo fue el punto de partida de un libro dedicado a reinterpretar "desde la racionalidad" lo que el autor describe como "el mundo mágico del Bierzo". Cuaderno secreto, asegura, es como "un palimpsesto".

Guerra Garrido recibió el manuscrito de su abuelo hace más de 10 años de manos de una prima, quien lo había encontrado en una mudanza. Cuando en julio de 2001 un incendio provocado por un ataque de kale borroka destrozó la farmacia de Guerra Garrido en San Sebastián, el cuaderno de notas del abuelo boticario también fue pasto de las llamas. "Las pérdidas son mucho más importantes que lo que se puede tocar con las manos", asegura el escritor. "Recupero la memoria del manuscrito como un emblema de que se debe hacer restaurar lo que la violencia derrumba".

La desaparición del cuaderno puso en marcha un "juego de espejos" literario, en el que la memoria del abuelo y la del escritor se cruzan en cada capítulo, evocando los recuerdos de un paraíso infantil profundamente unido al paisaje del Bierzo. Cuaderno secreto se extiende a lo largo de "un arco narrativo", el esqueleto de la obra, que abarca desde el hallazgo del manuscrito hasta su desaparición en el incendio.

Ciencia y fantasía

Los capítulos se suceden, en ocasiones con forma de relato que no responde al esquema de las novelas anteriores de Guerra Garrido. El autor prefiere catalogar el resultado de escribir sobre la memoria del abuelo y la propia como un palimpsesto, aquellos documentos antiguos que conservan huellas de una escritura anterior.

A Guerra Garrido le gusta denominar al Bierzo "el espinazo del Camino de Santiago", "un vergel rodeado por montañas áridas" y recordar la importancia de la riqueza aurífera de Las Médulas en el Imperio Romano. En la comarca leonesa de donde procede su familia encuentra un mundo fantástico, un universo mágico que en Cuaderno secreto reinterpreta a través de la racionalidad del abuelo, un hijo de la Ilustración y de la Institución Libre de Enseñanza, al tiempo fascinado por las cosas inexplicables y las leyendas populares.

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"El juego de los límites entre las ciencias y la fantasía, el arte y las ciencias es muy interesante en la literatura", asegura el autor.

Guerra Garrido defiende que la memoria sigue siendo su fuente de creación. "Es la gran materia prima, y también la experiencia", puntualiza. "Me gustaría no perder las ganas de seguir explorándolas". Sigue trabajando en otras novelas, fiel a su promesa de no volver a escribir sobre el País Vasco, y anuncia cambios en su siguiente trabajo. Cuaderno secreto ha sido, reconoce, un descanso espiritual y un ensayo de nuevas formas de escribir. "Ha sido como hacer yoga. Es una sugerencia formalmente nueva", explica. "Lo que más me heriría es perder el gusto y las ganas por seguir trabajando los materiales de la memoria para trasformarlos en relatos o novelas, que últimamente se han ido separando de la narración más convencional".

La tertulia literaria de Guerra Garrido en Internet [www.guerragarrido.com], una ocurrencia de sus hijos, sigue en marcha. "Gracias a una entrada casual, una chica está haciendo una tesis en Italia", cuenta sorprendido.

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