La campaña del exceso
La campaña de Sevilla ha entrado en el exceso. Sabido es que uno de los argumentos del PP en estos días es propalar el pavor a la "coalición radical" Zapatero-Llamazares, un mensaje que repite a diario José María Aznar y que ya se sabe de carrerilla hasta el candidato popular del pueblo más recóndito. Ayer mismo, en Jaén, el secretario general del PP, Javier Arenas, aseguraba que "sería mucho más limpio y honesto" que PSOE e IU concurrieran "en coalición preelectoral" a las elecciones del próximo domingo y volvía a hablar de "coalición radical de izquierdas". Pero en Sevilla se ha dado un salto cualitativo en esta estrategia después de que PP y PA vinculasen ayer al número cinco de la lista de Izquierda Unida, Juan Carrique, con Batasuna e, incluso, con ETA.
Este ataque se produce un día después de que IU denunciase otra dudosa operación inmobiliaria en la capital y abogase por un "pacto contra la especulación" para impedir que el PA dirija otros cuatro años los designios urbanísticos de la ciudad. Y también llega en un momento en el que en el PSOE se fortalece la idea de que hay sectores de la ciudad interesados en un pacto poselectoral PP-PA en la capital hispalense.
La bola de nieve empezó el pasado lunes, durante la rueda de prensa que IU convocó para hablar del urbanismo en Sevilla con la presencia del coordinador regional, Diego Valderas; la candidata, Paula Garvín; y el portavoz municipal, Luis Pizarro. Onda Giralda, una televisión local afín al PA y que no suele acudir a los actos de IU, llegó unos 20 minutos tarde a la convocatoria.
En el turno de preguntas, Onda Giralda preguntó a Garvín sobre la inclusión en su lista del abogado que había defendido a las personas que irrumpieron en la ceremonia de inauguración de los Mundiales de Atletismo de 1999 en Sevilla disfrazados de giraldillas y con pancartas solicitando el acercamiento de los presos de ETA a el País Vasco. Garvín explicó que esta persona había encabezado la lista alternativa a la suya en IU y que por el sistema de cuotas interno le correspondía entrar en la candidatura. Garvín añadió que había que alegrarse "de la evolución política" de Carrique.
Por la noche, Onda Giralda, en el espacio dedicado a la actividad de los partidos, informó de la presencia de Carrique en las listas de IU y ofreció un corte con las palabras de Garvín. De PP y PA informó sobre la actividad de sus candidatos, Jaime Raynaud y José Núñez, respectivamente. Y la información sobre el PSOE estuvo centrada en el mitin de Zapatero el pasado sábado en Sevilla. En este caso, se subrayó que el recinto no se llenó; que hubo un conflicto con un grupo de trabajadoras, momento en el que se destacó que los militantes del PSOE no habían sido muy corteses con ellas; y que el líder socialista había obviado a su candidato en esta capital, Alfredo Sánchez Monteseirín.
Ya rodada la bola de nieve, el delegado de Urbanismo de Sevilla, el andalucista Rafael Carmona, replicó ayer, a una pregunta sobre la nueva denuncia urbanística de IU, que su partido no quería hablar de una formación "que lleva en su lista a un representante legal de Batasuna".
Y el candidato popular fue más lejos y dijo que le preocuparía, en referencia al PSOE, una coalición con "un partido que parece ser que en el número cinco de su lista va alguien que tuvo que ver Herri Batasuna y con una presencia, no precisamente constructiva desde el punto de vista de la paz y la concordia. Me preocuparía una coalición con un partido que parece ser que uno de sus miembros participó activamente en una demostración de ETA en la ciudad de Sevilla".
Desde el PSOE se interpretaron estas declaraciones como un intento de "agitar el fantasma de un gobierno social-comunista", en una maniobra de distracción de manual.
Mientras, los cuatro partidos esperan la llegada de las elecciones del domingo con un número soñado: el 17, los concejales que se necesitan para formar mayoría absoluta. Las cábalas para formar coaliciones, pese a todo, siguen abiertas.
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