La cultura transversal

La cultura ha dejado de presentarse en compartimentos estancos, para afectar de forma transversal a los programas electorales, desde las políticas de juventud a la regeneración urbanística de las ciudades o la renovación de infraestructuras. Las alusiones genéricas al papel de la cultura en la mejora de la calidad de vida, en el desarrollo económico, las nuevas fuentes de riqueza y los grandes principios de la libertad y el pensamiento crítico son el gran paraguas que cobija los planes concretos para los próximos años. Las capitales y sus equipamientos roban protagonismo al resto del territorio en los proyectos culturales para el próximo mandato. Los proyectos de la Alhóndiga y el Teatro Campos, en Bilbao; el auditorio, en Vitoria, y el Centro Internacional de Cultura Contemporánea, en el edificio de Tabacalera, en San Sebastián.

Los grandes planes son la Alhóndiga en Bilbao, el Auditorio de Vitoria, y Tabacalera, en San Sebastián

PNV-EA aboga por el euskera en Internet y el PP por preservar la continuidad del uso del dialecto vizcaíno

En Bilbao, durante el próximo mandato comenzará a ofrecer servicios el centro de cultura y ocio de la Alhóndiga, un refuerzo en pleno centro de la ciudad, y culminará la restauración del Teatro Campos, un singular edificio modernista abandonado desde hace años. Será también el momento de finalizar la ampliación ya aprobada del Museo de Reproducciones, un proyecto vinculado a la regeneración de Bilbao La Vieja.

Pero los programas electorales guardan algunas novedades para Bilbao y Vizcaya. La coalición PNV-EA propone la coordinación de infraestructuras, con la elaboración de un mapa que logre una distribución más equilibrada, y la creación de una red de museos y salas de exposiciones "para el mejor aprovechamiento de recursos". Promete también la construcción del espacio multiusos Bizkaia Arena en la Feria de Ansio, para ampliar la oferta de música pop-rock. El PSE-EE apuesta por crear más museos: un planetario, un Museo de la Ciencia y del Agua, y centros de interpretación medioambiental, y una compañía de teatro estable. El PP quiere potenciar las bibliotecas y reclamar el traspaso al Ayuntamiento de las competencias forales.

En San Sebastián, el próximo mandato se plantea como el de las grandes infraestructuras, que todos los partidos han hecho propias. La creación del Centro Internacional de Cultura Contemporánea en el antiguo edificio de Tabacalera, que albergará un centro de fotografía con los fondos de la colección Ordóñez-Falcón, destaca entre todas, pero es la puesta en marcha de la nueva Filmoteca Vasca y del Teatro Victoria Eugenia -una vez concluidos los trabajos de rehabilitación en 2004- lo que levanta nuevas expectativas para el día a día en la ciudad. El PP plantea crear una compañía vasca de artes escénicas y ubicarla en el teatro.

En todo caso, todos los partidos dejan en evidencia la gran asignatura pendiente: la rehabilitación del Museo de San Telmo. Unos realzan la pinacoteca por sí misma, otros, como el PNV plantean elaborar un plan de museos de la ciudad, y el PSE, implantar el de Historia de San Sebastián en Miramar.

Si la inauguración del Artium y la apertura a las visitas de la catedral de Santa María han marcado los últimos años de la vida cultural de Vitoria, los próximos se enfocan sobre la construcción del Auditorio, un proyecto que acerca el sueño de la desaparición de las vías ferroviarias en el centro de la ciudad y se vincula al futuro desvío de la líneas de tren y su soterramiento, y sobre la remodelación de la zona de la plaza de toros, un proyecto de reordenación urbanística que permitirá crear un nuevo espacio multiusos.

Desde el PNV-EA se pide que el proyecto del Auditorio se redimensione -el Ayuntamiento, gobernado por el PP, ha aprobado la construcción de un espacio de 1.500 localidades y una sala de cámara de 500- mientras que el PSE-EE defiende la elaboración de un proyecto de gestión que incluya globalmente toda la oferta de la ciudad.

IU, por su parte, relaciona buena parte de sus propuestas culturales con las políticas de juventud y de cohesión social.

En lo referente al euskera los partidos coinciden al apelar a la normalización lingüística, la presencia de la lengua vasca en las Administraciones públicas, pero las medidas concretas no abundan. Una muestra: el PNV considera prioritaria la presencia del euskera en las tecnologías de la información y el acceso a la lengua de las familias de inmigrantes, y el PP aboga por preservar la continuidad del vizcaíno.