Andoain, un pueblo marcado por el azote de la violencia
Hace cuatro años, cuando Batasuna arrebató la alcaldía al PSE-EE por 63 votos, Andoain soñaba con un mandato municipal fértil en construcción de viviendas e infraestructuras culturales. Hoy, mantiene esas expectativas, pero regresa además a las urnas con una pretensión mucho más básica: recuperar un clima de convivencia mínimamente aceptable para todos. ETA y la kale borroka han hecho que sea ésa su gran asignatura pendiente.
La banda asestó el primer golpe al municipio el 7 de mayo de 2000. Uno de sus pistoleros acabó a balazos con la vida del columnista José Luis López de Lacalle. No se habían cumplido aún tres años del asesinato, cuando ETA regresó para matar a un amigo de López de Lacalle: Joseba Pagazaurtundua, jefe de la Policía Local y miembro del PSE y de ¡Basta Ya! Su ideología, su lucha por la libertad molestaba a los terroristas.
EH, los socialistas y PNV-EA empataron a ediles en 1999 separados por apenas 200 votos
En 1998, este municipio de 14.984 habitantes (el 2% de la población de Guipúzcoa) padeció el 3,6% de los ataques de kale borroka que se registraron en este territorio. En 2002, el porcentaje de actos de terrorismo urbano se había incrementado hasta el 11%. "El ambiente es asfixiante", dice el cabeza de lista del PP, Juan Carlos Cano. La kale borroka se ha cebado con los coches y los domicilios de los ediles no nacionalistas, igual que las llamadas, cartas intimidatorias, y pintadas, dentro de una campaña que ha alcanzado incluso al portavoz local del PNV, Mikel Arregi, quien encarna al nacionalismo más moderado.
La oposición en Andoain -donde tenía su sede el diario Euskaldunon Egunkaria, cerrado por orden del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón- libra así su batalla tanto fuera como dentro del Ayuntamiento. Populares y socialistas intentaron sin éxito desbancar al alcalde de Batasuna, José Antonio Barandiarán, cuando se negó a condenar el asesinato de Pagazaurtundua. No lo lograron. La negativa del PNV a apoyar la moción de censura dejó las cosas como estaban. Han sido ahora el Tribunal Supremo y el Constitucional los que les han allanado el camino. La izquierda abertzale no puede concurrir a estas elecciones. Aralar ni siquiera se presenta. La disputa electoral se sitúa así en un plano muy distinto al que se dio en 1999.
Hace cuatro años, en plena tregua de ETA, la alcaldía se dirimió por una cifra de votos insignificante. EH -que aprobó los primeros presupuestos con el apoyo de la coalición nacionalista-, PSE y PNV-EA, lograron los mismos concejales separados por apenas 222 papeletas. Ahora, con Batasuna fuera de juego, socialistas -que han gobernado tradicionalmente el municipio- y nacionalistas están llamados a repartirse los puestos. Pero es pronto para hablar de las siglas que ocuparán la alcaldía. "El PSE-EE se niega a hablar a priori de pactos", se lamenta Cano. "Yo aspiro a una mayoría constitucionalista para la regeneración institucional".
En medio de este clíma, Andoain -a 16 kilómetros de San Sebastián- trata de construir su futuro. Tiene su mirada puesta en la finalización del centro cultural Bastero y en la voluntad del próximo equipo de gobierno para impulsar la construcción de viviendas. Este problema, que afecta a toda la comarca, se hace aún más evidente en Andoain, que en los sesenta acogió una fuerte inmigración y creció de forma desordenada. En los últimos años las promociones han sido muy escasas y la población va disminuyendo paulatinamente en un municipio que podría crecer por su cercanía a la capital. Todos los partidos prometen ahora iniciativas de vivienda protegida. El PSE da un paso más y apuesta por un novedoso sistema que ya se ha plasmado en 100 pisos, según explica José Antonio Pérez Gabarain, alcalde entre 1979 y 1983 con Euskadiko Ezkerra y con el PSE desde 1995 hasta 1999 con el apoyo de PNV-EA: "Que sean los jóvenes quienes compren suelo y construyan sus propias viviendas".
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