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OPINIÓN DEL LECTOR | ELECCIONES 25M | La opinión
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Érase una vez...

Tras escuchar el debate entre los candidatos al Ayuntamiento de Madrid que nos ofreció el programa Hoy por hoy el pasado 14 de mayo, dudo si dirigir mi carta e indignación a los periódicos o al Defensor del Pueblo, para que alguien proteja a las niñas de nuestro país y a las mujeres que viven aterrorizadas y no se atreven a denunciar los malos tratos, en caso de que a partir del 25 de mayo sus derechos y su dignidad pasen a depender de la política social del señor Ruiz- Gallardón y de la señora Botella.

En el transcurso del debate, la futura alcaldesa Trinidad Jiménez se refirió a los comentarios de Ana Botella en su libro Érase una vez..., respecto al personaje de la Cenicienta como "ejemplo para nuestras vidas por los valores que representa" (sic). Y entre esos valores que representa, y que la señora Botella admira y recomienda a las niñas y madres del siglo XXI, destaca su capacidad de recibir "los malos tratos sin rechistar" (sic).

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¿Es ése el modelo de mujer que tenemos que transmitir a las niñas? ¿Es ése el mensaje que el PP quiere transmitir a las mujeres que sufren malos tratos? Que se callen, que aguanten, que "no rechisten", que "busquen el consuelo en el recuerdo de su madre"... Suponemos que el único consuelo posible, porque los servicios sociales ni se han ocupado de ellas, ni tienen previsto hacerlo en el futuro si la señora Botella llega a ocupar la concejalía.

Ya sabíamos que, en lugar de apoyar a la concejal Nevenka Fernández (que sí rechistó y denunció), Ana Botella expresó su admiración por el alcalde de Ponferrada condenado por acoso sexual. Ya sabíamos que Botella se opone al derecho de los niños y niñas a ser adoptados por parejas homosexuales, que condena las "prácticas contra natura a la hora de procrear", que el único modelo de familia que defiende es el matrimonio católico; lo que no sabíamos es que eso incluye aceptar los malos tratos sin rechistar, en lugar de reclamar el derecho legítimo a la dignidad, a decir no, y a exigir la ayuda y protección que los servicios sociales de un Estado de derecho tienen la obligación de prestar a las ciudadanas.

Sólo cabe esperar que nuestros derechos sociales, la lucha contra la violencia de género y la educación de nuestras niñas y niños no caiga en manos del equipo Ruiz-Botella. Aunque tal vez, en lugar de luchar por que las niñas se conviertan en mujeres independientes, autónomas que defiendan su derecho a la igualdad, tenemos que decirles que callen, que sufran y que esperen la llegada de un príncipe azul que les resolverá la vida.

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