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El tribunal de Milán decide inesperadamente juzgar por separado a Berlusconi en un caso de sobornos

El tribunal de Milán optó ayer, inesperadamente, por separar del proceso Sme al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ocupado en tareas de gobierno, para permitir que siga adelante el juicio contra los restantes imputados, entre ellos el ex ministro de Defensa Cesare Previti. A Berlusconi, acusado junto a Previti de sobornar a varios jueces para lograr la anulación de la venta del coloso alimentario público Sme a su rival empresarial y político Carlo de Benedetti, en 1985, se le juzgará separadamente atendiendo al "legítimo impedimento" que representan sus compromisos institucionales.

Hartos de acumular retrasos y de establecer el calendario de sesiones en función de la disponibilidad del primer ministro, los magistrados de Milán decidieron ayer romper en dos el delicado proceso que tiene en Berlusconi a su principal imputado. De este modo, el juicio, en el que figuran personalidades estrechamente ligadas a su biografía política y financiera, podrá concluir con una sentencia este verano, mientras al primer ministro se le juzgará más adelante ante un nuevo tribunal.

Aunque la medida favorece aparentemente a Berlusconi, al quedar fuera del proceso rápido, en el entorno de Il Cavaliere la noticia cayó como un mazazo. Hasta ahora, los impedimentos institucionales del primer ministro habían servido de paraguas judicial para los demás imputados y, en concreto, para Previti, un personaje cuya eventual condena en este caso alcanzaría, siquiera moralmente, al primer ministro. Al agilizar el proceso, los magistrados de Milán hacen posible que la temida sentencia contra Previti llegue precisamente cuando su antiguo patrón y actual mentor político se encuentre al frente de la UE, en el semestre de presidencia italiana que comienza el 1 de julio próximo.

Las protestas de los abogados de Berlusconi no se hicieron esperar ayer. Para el abogado y ex secretario de Estado del Interior Carlo Taormina la decisión representa un grave daño tanto para el primer ministro como para los restantes imputados. En el caso de Berlusconi significará "al menos dos o tres años más de proceso", ya que "tendrá que reiniciarse desde el principio ante un nuevo tribunal", y el juicio se celebrará cuando los restantes imputados pueden haber sido ya condenados, "lo que sería un grave prejuicio" en relación al primer ministro.

Los líderes del centro-izquierda consideraron, sin embargo, acertada la decisión. Para Francesco Rutelli, portavoz de la minicoalición centrista la Margarita, la medida es coherente porque "elimina aspectos polémicos en ese juicio". Giuliano Pisapia, abogado de la acusación civil, consideró las ventajas de poder acelerar los tiempos del proceso. La separación en dos ramas del juicio Sme podría reservar, sin embargo, algún beneficio a Berlusconi, porque, al ser procesado separadamente, será más sencillo aplicar a su caso el laudo Maccanico, del que se viene hablando en las dos últimas semanas, que prevé la reintroducción de la inmunidad para los altos cargos institucionales. Si se llega -como parece probable- a un acuerdo entre la coalición de gobierno y la oposición para poner en pie esta medida después de las elecciones municipales del 25 de mayo, el juicio contra Berlusconi quedaría congelado hasta que abandone su cargo.

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