El regional mandó parar

Uno de los asuntos que más llama la atención de la campaña que desarrolla el PSOE en la capital de Andalucía es la feroz crítica que el aspirante a la reelección, Alfredo Sánchez Monteseirín, está dirigiendo no contra su adversario natural, el popular Jaime Raynaud, sino contra el candidato andalucista, José Núñez, diputado en Cortes por la provincia de Cádiz y antiguo responsable de Urbanismo en el gobierno de coalición PP-PA en Sevilla. De él ha dicho que "supone una involución a los tiempos de los pelotazos urbanísticos". La sorpresa en las filas populares, andalucistas y en parte de las socialistas -donde han chirriado estas declaraciones- ha sido mayúscula porque, muy probablemente, si uno se cree las encuestas, Monteseirín necesitará llamar a la puerta de los nacionalistas para reeditar la coalición que ahora mantienen ambos partidos. El PSOE tiene 12 concejales, por 13 el PP, seis el PA y dos Izquierda Unida. Aspira a alcanzar los 15 y ronear entre dos opciones.

"Alfredo ha lanzado un mensaje que está bien: no ha dicho que no vaya a pactar, sino que sería bueno para la ciudad salir de los gobiernos de coalición. Otra cosa es que lo exprese más o menos bien", afirma un dirigente socialista. Alguien con mucha mano en la dirección del PSOE de Andalucía ha debido pensar que lo ha dicho más o menos mal, que en vez de un florete ha sacado un espadón. De ahí que haya dado orden al comité electoral de Sevilla de que no "se le dé tan fuerte" a Núñez y que ni se les ocurra sacar de los archivos una serie de expedientes presuntamente opacos de su etapa como gerente de Urbanismo, una decisión que iba a ir delante de no mediar directriz. La orden llegó -no dicen de quién-, el pasado miércoles, por lo que es muy probable, afirma un político sevillano, "de que se vuelva a disparar contra el PP" y se suavicen las palabras hacia el andalucista.

¿Por qué contra Núñez? Los datos de PSOE, Izquierda Unida y PA coinciden: el andalucista presenta una imagen plana, pero tranquila y limpia, muy por encima de la marca de su partido, y el temor en los socialistas es que el PA, cual camión escoba, vaya recogiendo votos de aquí y de allá. Porque si hay algo que los socialistas (andaluces y sevillanos) desean es no volver a pactar en Sevilla con el partido del símbolo de la mano abierta ni que Urbanismo vuelva a estar bajo su dirección. Ese es el deseo, "pero la realidad de los sondeos está ahí, el pacto regional, también, y el alcalde no puede decir ahora que quiere arremeter contra lo que hizo el PA hace cuatro años". Es la voz de otro socialista un tanto crítico con la campaña del alcalde al que ve "completamente obsesionado" con lo que se escribe en los periódicos de él.

Otra de las razones que apuntan es que el PSOE quiere movilizar a tope a los suyos, porque en todos los ámbitos territoriales de los socialistas está muy interiorizada la idea de que existe un pacto previo entre PP y PA. Por supuesto, no hay certezas, sino macutazos que les llegan del mundo empresarial. "A partir del 25 de mayo, el Partido Popular estará muy interesado en arrancar una rosa del arriate del PSOE y al precio que sea. Y el Partido Andalucista está deseoso de minar la amenaza de que podamos lograr la mayoría absoluta en el Gobierno andaluz en las próximas elecciones. Por eso no nos fiamos en absoluto, entre otras cosas, porque Antonio Ortega [secretario general del PA y consejero de Turismo y Deportes] no controla nada de nada ese sector", que capitanea Alejandro Rojas-Marcos, afirma un alto cargo regional.

"Nada de nada" es también la expresión que utiliza un cualificado miembro andalucista para desmentir el pacto con los conservadores, aunque advierte que el PSOE "está echando muchas papeletas en la tómbola" para que no haya reedición de la coalición. "Puede pasar cualquier cosa y dependerá de los resultados", afirma para marcar distancias.

Los populares ven la crítica de Monteseirín a sus socios "muy arriesgada", aunque en su línea "de pensar poco las cosas" como cuado dijo que había llegado a un acuerdo con la Junta para asumir las competencias de las políticas activas de empleo, un traspaso desmentido de manera tajante por el Gobierno andaluz. En las filas del PP existe un cierto desaliento y no saben si llegarán a tiempo para movilizar al electorado que hace cuatro años le situó como primera fuerza, a tan sólo 2.104 votos de distancia del PSOE. "La tendencia nacional en Sevilla va a ser definitiva y es posible que nos quedemos a un poquito por debajo de lo que conseguimos en 1999".