Unos comicios que rompen el tópico

Los mitos se derrumban con hechos concretos. En Montefrío (Granada), el Partido Popular ha presentado una lista electoral, como mínimo, difícil de encajar hace años. A algunos del pueblo les cuesta tragarla incluso ahora. Entre las trece personas que componen la oferta electoral aparecen un guardia civil de 40 años retirado (un payo, claro), y un chaval de 28 años, trabajador del campo, y de etnia gitana. Fernando Arco López es el nombre del ex guardia civil; Rafael Jiménez Cortés es el del gitano.

Se quiera o no, esta peculiar convivencia electoral incluye muchas peculiaridades, tanto si se analizan los hechos desde el punto de vista de la pareja, como de uno en uno. Mirados como compañeros de lista, un guardia civil y un gitano parecen aceite y agua, poco compatibles. Los hechos, sin embargo, demuestran lo contrario.

Fue precisamente el ex guardia civil quien propuso a Rafael Jiménez para que formara parte de la candidatura. Bien es cierto que la idea de incluir a un miembro de la comunidad gitana no partió de Arco, sino de Manolo García Pulido, el candidato popular a la alcaldía. García Pulido explica: "En Montefrío somos algo más de 6.500 habitantes y de ellos, más de mil pertenecen a la etnia gitana. Decidimos que había que contar con ellos".

García Pulido explica que en el pueblo -enclavado en la Comarca de los Montes, a 50 kilómetros de la capital- "siempre ha habido mucha distancia entre payos y gitanos y queremos empezar a cambiar eso". El puesto que le ofrecieron a Jiménez Cortés tampoco es como para hacerse muchas ilusiones. Rafael ocupa el puesto trece de una lista de trece. Esto es, convertir a Rafael en concejal requiere una mayoría a la totalidad.

A Rafael no le importa. Lo han propuesto como segundo de a bordo en el área de Asuntos Sociales y se le ve muy convencido de que, en primera línea o algo más atrás, puede hacer cosas por los suyos. "Se trata de hacer todo lo que se pueda por el pueblo, payos o gitanos; para eso estoy aquí", asegura. Rafael, que tiene seis hermanos y vive en casa de sus padres tras un divorcio, está especialmente satisfecho de la reacción de su familia: "Están todos contentísimos", dice.

Rafael trabaja ahora en el campo. Antes trabajó como portero en una caseta de la Feria de Montefrío. De eso lo conoce Fernando, de cuando el agente patrullaba por el ferial. Cuando preparaban las elecciones, de hecho, no era el de Rafael el nombre que se barajaba. Pero Fernando se acordó de que "él era un chaval muy honesto y trabajador". "Lo propuse y lo aceptaron enseguida", continúa.

Mirada la situación de uno en uno, las cosas también son dignas de atención. No es frecuente que un miembro del instituto armado esté incluido en una lista electoral. Ha tenido que mediar la enfermedad y el retiro, para que esto sea posible. Ningún agente del cuerpo armado en activo puede incorporarse a las listas electorales. Fernando -que ocupa el puesto número cuatro en la lista- se ocupará de seguridad ciudadana.

En este mandato, el PP ha gobernado con seis concejales propios y uno de un partido local que lo apoyaba. Tampoco es larga la lista de miembros de la etnia gitana en política. Muy pocos han entrado en listas electorales y de ellos, sólo uno, Juan de Dios Martínez Heredia, ha pisado el Parlamento español.

Entre los ciudadanos de Montefrío las opiniones ocupan todo el espectro; desde el "me parece muy bien" de algunos jubilados que toman el sol en la plaza hasta la opinión de Francisco Barranco, un montefrieño que, al salir del bar, comenta a este diario: Yo lo veo muy raro; ¿cuándo se ha visto un gitano y un guardia civil juntos?". Precisamente de eso se trata, de que deje de ser raro.