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OPINION DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La utilidad de las elecciones que vienen

El proceso electoral que se avecina, si se lleva a cabo con la limpieza y honradez requerida, es parte fundamental sobre la que se cimienta el sistema de participación del pueblo en las tareas de gobierno. Este régimen de derechos y libertades requiere, sin embargo, la travesía inexcusable por ese mar proceloso y alborotado de las campañas electorales. Nos sublevan los ardores verbeneros de los candidatos, la agresividad mal disimulada hacia los contrarios, el peregrino defender a sangre y fuego lo que ha poco se atacaba a sablazos limpios, pretendiendo hacernos comulgar con ruedas de molinos o pensando, tal vez, que somos lerdos, ignaros o tontos de capirote.

Es tiempo de embaucadores y vendehúmos; pero también de gente decente de excelentes principios y laudables intenciones. Habrá que estar atento. Interesa conocer quiénes exponen sin exageraciones ni ditirambos las cosas que de verdad interesan al ciudadano y, lo que es más importante, saber quiénes están más capacitados para hacerlas realidad.

Hay algo que siempre precede a la batahola de los comicios municipales: los que pretenden continuar en el sillón presidencial y quienes le secundan se desviven para que el municipio cuyo destino se le confió cuatro años antes brille a la mayor altura posible.

Se arrumban viejos y apestosos contenedores de basuras, se apresuran obras de calles que se alargaban indecorosamente y se limpian hasta la extenuación de los operarios jardines que languidecían por la desidia y el abandono, se colocan farolas y se asfaltan vías y caminos intransitables. Que todo refulja como el oro, para que no haya mácula que el adversario político de turno pueda echar en cara. Se agilizan los asuntos pendientes y se muestra la clara amable de la administración municipal no vaya a ser que un punto discordante eche por tierra una segura intención de voto. Y así, un sinfín de cosas más que nos apabullan y sorprenden agradablemente.

Claro que continúan sin resolverse las grandes carencias, los eternos problemas que lentifican el desarrollo completo de la ciudad o el pueblo, pero no vamos a pretender que se produzcan súbitos milagros.

Estas son las conveniencias de las consultas electorales. Este es más inmediato provecho que de ellas cabe esperar. A fe mía, que no es poco. Algo salimos ganando.

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