EE UU y Europa redoblan la presión para devolver la paz a Oriente Próximo
Dos muertos y 50 heridos en un día en el que remitieron los enfrentamientos entre árabes e israelíes
La diplomacia internacional redobló ayer sus esfuerzos para intentar salvar el malherido proceso de paz en Oriente Próximo. Tras el brutal estallido del jueves, la situación pareció apaciguarse en Gaza y Cisjordania, aunque los enfrentamientos se saldaron con dos muertos y más de 50 heridos. Los líderes de la Unión Europea, reunidos en la cumbre de Biarritz (Francia), y de Estados Unidos ponían todas sus esperanzas en una reunión convocada por la ONU en Egipto, donde, tal vez mañana, domingo, vuelvan a sentarse a hablar cara a cara el primer ministro israelí, Ehud Barak, y el presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE lanzaron ayer un "solemne llamamiento" a israelíes y palestinos para que pongan fin a los actos de violencia. El presidente francés, Jacques Chirac, reconoció que la crisis era "muy grave", y el alto representante de los Quince para Política Exterior y Seguridad Común, Javier Solana, que se ha entrevistado en los últimos días con Barak y Arafat, transmitió al Consejo Europeo que el proceso de paz amenaza con convertirse en "un proceso de guerra". Solana regresará esta misma tarde al escenario del conflicto, ante una eventual cumbre negociadora. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, veía anoche con "optimismo" la celebración de la reunión en Egipto en "las próximas 48 horas". El presidente del Gobierno español, José María Aznar, ejerció ayer como mensajero de EE UU para recomendar a Arafat que asista a la reunión de Egipto. Aznar se reunió en Biarritz con el ministro israelí Simón Peres, enviado de Barak para consultar con los países europeos. El presidente norteamericano, Bill Clinton, se mostraba, a su vez, dispuesto a viajar "en cualquier momento" a Egipto para mediar en la negociación palestino-israelí. Mientras, el nuevo Día de la Ira desatado por los islamistas de Hamás en plena Intifada se cobró dos muertos en la ciudad de Hebrón y decenas de heridos de bala. En Jerusalén Este, el Ejército cerró el paso a miles de los fieles que acudían a orar a la Explanada de las Mezquitas. Aunque sin la amenaza de la violencia generalizada, la paz seguía contando anoche con pocas oportunidades en Tierra Santa. Tanto los portavoces de Arafat como los de Barak insistían en que aún no se daban las condiciones para una nueva negociación entre adversarios.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.