La coalición 'popular-comunista' gobierna en Moratalla

Moratalla, uno de los 45 municipios de la Región de Murcia, acoge a 9.000 habitantes en sus casi 962 kilómetros cuadrados. Pero en esta localidad hay una particularidad que supera a sus bosques y plantaciones de melocotones, ciruelas y albaricoques. En los últimos cuatro años, el Ayuntamiento ha pasado por las manos de tres alcaldes de los grupos municipales de PSOE, Izquierda Unida y Partido Popular. Tras ganar los últimos comicios, Antonio García Arias, del PSOE -con seis concejales, por cinco del PP y dos de IU-, sufrió una moción de censura que fue resuelta con un pacto a la griega. Es decir, los concejales comunistas encabezados por Jesús Molina apoyaron al PP a cambio de obtener la alcaldía durante año y medio. Posteriormente, éste pasaría el testigo al popular Antonio García Rodríguez.

La experiencia ha sido "tan positiva" que los protagonistas no descartan repetirla

Esta coalición choca frontalmente con la política actual del PP y podría considerarse antinatura, sobre todo teniendo en cuenta que uno de los principales lemas de la campaña electoral del PP en toda España es "poner freno a la coalición socialcomunista o coalición Llamazares-Zapatero", tal y como califica personalmente el presidente José María Aznar a los posibles pactos entre los socialistas e Izquierda Unida tras las elecciones en el caso de ser necesarios.

Pero en Moratalla los representantes del PP han hecho caso omiso a las actuales directrices de su líder, tras un año de "incapacidad" y "parálisis" del alcalde socialista, tal y como explican al unísono los dirigentes municipales del PP e IU. Por ello se muestran satisfechos de haber compartido el poder, por lo que no descartan una nueva coalición entre los dos partidos tras el 25-M.

Pero esta forma de actuar de los dos dirigentes municipales, lejos de encontrar una fuerte oposición desde las sedes regionales de IU y el PP, "han sido comprendidas", tal y como explica Jesús Molina, quien ejemplifica esta aseveración argumentando que se mantiene el equipo que gobernó en coalición con el PP. "No ha habido purgas, ni en mi partido ni en el popular".

Precisamente, Molina, quien fue alcalde gracias a este acuerdo, considera que es muy difícil comprender su pacto fuera de Moratalla, y haciendo hincapié sobre todo en la incapacidad del anterior alcalde. Algo que rechazan de plano desde el PSOE murciano, cuyo portavoz en la Asamblea regional, Diego Martínez Cerón, considera que la moción de censura se basó en las ganas de Molina de ser alcalde, motivo que le habría empujado a un pacto a la griega, que según los protagonistas podría reeditarse.

En un gobierno municipal de coalición de IU y el PP, justifica Molina, "hemos conseguido que se done el 0,7% para los más necesitados, al mismo tiempo que hemos denunciado la sobreex-plotación de las aguas subterráneas por parte de los aguatenientes

[propietarios de los pozos de agua]. Todo desde el más absoluto respeto de los partidos a las labores de los concejales, independientemente del partido en el que militan".

Para el PP, los principales logros esgrimidos para justificar su actuación son la inauguración de la ermita Casa de Cristo, "ya que el primer edil socialista no lo quería hacer", a la que acudieron unas 5.000 personas. Esta infraestructura se utilizará también como hospedería rural y centro de culto. También recuerdan la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que "estaba paralizado después de varios años".

La experiencia ha sido tan "positiva" que ambos dirigentes se plantean la posibilidad de que haya un nuevo pacto antinatura y en contra de la campaña de José María Aznar, aunque a los dos les gustaría gobernar en solitario, "ya que estamos haciendo campaña para ganar las elecciones". Molina no se aleja tampoco de la posibilidad de ser alcalde junto al PSOE, ya que nosotros veremos qué ofrecen los socialistas a los habitantes de Moratalla en los próximos años y tomaremos una decisión".

Preguntados acerca de los "peligros" de una coalición "socialcomunista", según las palabras de Aznar, tanto García como Molina consideran que son problemas de las altas esferas que nada tienen que ver con su coalición municipal, aunque, aseguran, la última palabra la tienen los dirigentes nacionales. No obstante, el dirigente de IU de Moratalla cree que todo es un circo, "ya que piensan que los electores no nos damos cuenta de las cosas y tratan de llenarles de miedo para que voten a su partido".