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ELECCIONES 25M | Comicios municipales en Cataluña

Maragall ningunea a Mas y afirma que las críticas no le acallarán

El líder del PSC elogia la "fusión de identidades" de Cataluña

Ni con su sugerencia de que le coloquen un bozal logró Artur Mas que el socialista Pasqual Maragall le entrara en el cuerpo a cuerpo, uno de los objetivos más perseguidos por los asesores del conseller en cap. El líder del PSC ninguneó a Mas y consideró "normal" que los nacionalistas "pierdan los nervios" porque, en su opinión, "el cambio está en marcha". "No nos harán callar, seguiremos diciendo lo que pensamos", aseguró.

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El líder socialista pasó de puntillas sobre la polémica originada por sus declaraciones del domingo, cuando señaló que CiU se fija en la "pureza de sangre y estirpe", y se negó en redondo a entrar en una serie de réplicas y contrarréplicas con Mas. "Yo no he insultado a nadie y contestar no merece la pena; de momento lo pasaré por alto", aseguró en Mollet del Vallès (Vallès Oriental), donde visitó un mercado junto con la alcaldesa, Montserrat Tura. "No me harán callar", dijo con contundencia.

En la práctica, no obstante, fue mucho más moderado y obvió por completo el debate sobre los catalanes de origen y de adopción, el motivo de la polémica, que, en opinión del dirigente socialista, no existe. La única referencia al asunto, muy sutil, la hizo por la noche, en un mitin en Badalona (Barcelonès), cuando elogió la "fusión de identidades" en Cataluña y se mostró dispuesto a vender este modelo al resto de España. Maragall acabó el mitin con el grito de "¡viva la España plural!" por primera vez en lo que va de campaña.

En su discurso criticó la lentitud del despliegue de los Mossos d'Esquadra y responsabilizó de los problemas de inseguridad ciudadana "a los gobiernos de derechas de España y de Cataluña". Maragall se comprometió a acelerar los plazos para avanzar en el despliegue de los Mossos y poner fin a la situación actual, en la que a su juicio "no se cubren las vacantes" de las fuerzas de seguridad del Estado.

Prudencia

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Tanto en Mollet como en Badalona, Maragall siguió mostrándose exultante, convencido de tocar ya con las manos la victoria en las autonómicas del otoño, pero con una actitud mucho más prudente que en el inicio de la campaña. En opinión del presidente del PSC, la campaña electoral va sobre ruedas y si él se ha convertido en el blanco de las críticas del centro derecha pese a no ser candidato en estos comicios es precisamente porque se extiende la sensación de que el cambio político es inminente. "Hay una campaña de cuatro contra uno

[en referencia al triunvirato dirigente de CiU y al líder del PP] porque el PSC es el adversario al que batir y tenemos muchas posibilidades de dar un vuelco al país", aseguró.

A Maragall, que aspira a que el 25 de mayo suponga un empuje casi definitivo para ganar las autonómicas del otoño, no parece preocuparle tanto CiU como la abstención. Por esta razón pidió la máxima movilización a los militantes socialistas y animó públicamente a los interventores del PSC a tener una actitud activa el día de los comicios: "Pido que lo apunten todo, quién vota y quién no vota", con el objetivo de no perder ni uno de los votantes potenciales: "En Inglaterra, a las dos de la tarde los tuyos van a casa a buscarte si aún no has votado", afirmó con evidente admiración.

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