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El Reino Unido quiere desplazar a una zona desértica de Irak a los 1.500 soldados españoles

Las provincias ofrecidas a España están a cientos de kilómetros del puerto de Um Qasr

Miguel González

Las ofertas que tiene el Gobierno español sobre la mesa para desplegar tropas en Irak están lejos de cumplir sus objetivos mínimos. Aunque el Consejo de Ministros aprobó el 25 de abril desplegar 1.500 soldados como máximo en la zona de Um Qasr y Basora, las áreas ofrecidas hasta ahora a la brigada española están a cientos de kilómetros del único puerto iraquí y de la capital meridional del país. El Reino Unido ha propuesto a España controlar la desértica provincia de Al Muthanna, limítrofe con Arabia Saudí. Es la segunda más grande y la menos poblada de Irak.

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La provincia de Al Muthanna tiene 51.740 kilómetros cuadrados (aproximadamente, la décima parte de España), pero sólo 350.000 habitantes. Salvo la capital, Samawah, y alguna otra localidad a orillas del Éufrates, casi todo el territorio es desierto. Se trata de la más oriental y menos apetecible de las cuatro provincias del sur, bajo mando de la división británica.

El objetivo español era desplegar sus tropas a partir del puerto de Um Qasr -donde está atracado desde el 9 de abril el buque Galicia- hasta Nasiriya.Sin embargo, cuando el pasado jueves acudió a la conferencia de Londres, el representante español se encontró con la sorpresa de que los italianos ya habían pactado con los británicos la atribución de la provincia de Dhi Qar, con capital en Nasiriya, a la brigada italiana. Allí están precisamente los yacimientos de petróleo cuya explotación se disputan la firma italiana ENI y la española Repsol.

Italia, que aportará unos 2.000 soldados, ha negociado además con Portugal la integración en su brigada de la compañía lusa de policía militar. Con este reparto, sólo queda la provincia de Al Muthanna, donde los españoles dirigirían una brigada completada con un millar de holandeses, un batallón de 380 daneses y un pelotón de 50 lituanos. Dada la extensión del territorio a controlar, harían falta numerosos helicópteros.

La alternativa que se ha ofrecido a España es la de controlar la provincia de Al Qadisiyah, al noroeste de la brigada italiana. Según el nuevo reparto de Irak en cuatro zonas (en lugar de las tres iniciales) realizado por el mando militar de EE UU, sería la más meridional de las cuatro provincias del nuevo sector bajo mando polaco. Aunque aún no se ha difundido el mapa oficial, dicha división se situaría entre el sector estadounidense, con capital en Bagdad, y el británico, en Basora.

La provincia de Qadisiyah tiene 8.150 kilómetros cuadrados (algo mayor que el País Vasco) y cuenta con casi 600.000 habitantes, pero su capital, Diwaniyah, está a más de 350 kilómetros de Um Qasr. Además, aunque esta provincia dependerá en teoría de la división polaca, los españoles deberán arreglárselas por sí mismos.

La atribución a Polonia del mando de una división ha sido una decisión política de EE UU, que pagará a los 1.500 soldados polacos y les dará apoyo logístico. Pero las Fuerzas Armadas polacas no pueden operar con las del resto de la OTAN, por lo que no podrán ejercer el mando y control en su teórica zona de responsabilidad. Ello ha llevado a Polonia a pedir apoyo de otros países para poner en marcha su cuartel general, incluida España, cuyo objetivo sigue siendo encuadrarse en la división británica.

La confirmación de que el sector polaco estará al sur y no al norte de Bagdad deja en la incógnita qué países controlarán el Kurdistán iraquí. Entre otros candidatos, se cita a Pakistán, uno de los pocos países islámicos dispuestos a participar en la fuerza de ocupación.

El borrador de resolución presentado por EE UU, Reino Unido y España en el Consejo de Seguridad de la ONU reconoce el carácter de ocupantes de las tropas en Irak. Los militares españoles deberán cumplir las obligaciones hacia la población civil previstas en el IV Convenio de Ginebra, de 1949; en particular, el abastecimiento de víveres y la atención sanitaria.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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