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Malthus

Si la doctrina católica en materia de sexualidad fuera asumida por todos los ciudadanos del mundo, incluso por los católicos actuales, el planeta sería inhabitable en tres generaciones. Los cálculos no son muy complicados. Tengamos en cuenta que en la Tierra, actualmente, hay unos dos mil millones de familias y que si descartamos a la mitad, por mayores o infértiles, quedarían mil millones de hogares dispuestos a competir en la carrera vaticana. Mil millones en el año 2003 son cuatro mil millones en el año 2040, a razón de cuatro hijos por familia, proporción nada excesiva si no hay control de natalidad, y dieciséis mil millones en el 2080, que serían más de sesenta mil millones en el año 2120. Es decir, diez veces más ciudadanos del mundo y de la pobreza que en la actualidad; una ingente masa condenada en gran medida al hacinamiento, la violencia y la alimentación con píldoras.

La Tierra no soporta el actual crecimiento demográfico como ahora nos recuerda Giovanni Sartori, como hace dos siglos ya profetizó Thomas Malthus. Ni aun poblando hasta la exasperación las costas africanas hoy más o menos vírgenes, las riberas de los mares del Sur, la Amazonía, los interiores gélidos de Canadá, Siberia o el Tíbet o las llanuras calcinadas de Australia sería posible alimentar a tamaño ejército de seres humanos. La doctrina de Juan Pablo II y de sus antecesores, y presumiblemente, de sus sucesores, significa a medio y largo plazo la inviabilidad de nuestra especie y el infecundo reino de la aglomeración, el griterío y la carencia. Baste recordar, por lo demás, que la Tierra en tiempos del Imperio Romano, cuando ya casi todo estaba inventado -familia, república, moral, arte, ejército, barcos, calzadas, religión, ciudades...- apenas alcanzaba los doscientos millones de habitantes, treinta veces menos que los actuales pobladores del cada vez más deshelado y vilipendiado planeta.

Vamos siendo muchos y por eso la más difícil riqueza es la soledad, el espacio, el silencio. Mejor ser menos y disfrutar de esos bienes que ya se van perdiendo, que ser demasiados y que todo desaparezca pronto.

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