La tranquilidad agitada por el Alarde y el aeropuerto
Hondarribia es uno de esos pueblos de postal que aparece en las guías de turismo. Un municipio tranquilo donde las distintas opciones políticas, bajo la mayoría del llamado nacionalismo institucional (es la única localidad guipuzcoana de más de 15.000 habitantes donde la coalición PNV-EA gobierna con mayoría absoluta), conviven sin mayores problemas. Pero esa calma, paradójicamente, se rompe con una fiesta: el Alarde. La distinta concepción del evento ha generado una gran tensión entre los hondarribitarras.
El conflicto surgió en 1996, cuando un grupo de mujeres empezó a reivindicar su derecho a participar en el desfile como escopeteras, papel reservado a los varones. El pueblo se dividió entonces entre una mayoría a favor del llamado Alarde tradicional, en el que las féminas sólo pueden participar como cantineras, y una minoría defensora del desfile mixto. El Ayuntamiento, organizador del evento, se alineó desde el principio con la mayoría. Los partidarios del Alarde mixto acudieron a los tribunales alegando que el consistorio incurría en discriminación por razón de sexo. El Tribunal Supremo les dio el año pasado la razón. Pero, para entonces, sus detractores habían materializado una argucia legal: privatizar la fiesta.
El plan para ampliar la pista del aeropuerto es rechazado por los vecinos y las instituciones
Este capítulo le ha costado al alcalde, Borja Jauregi, del PNV, duras críticas, tanto de los defensores del Alarde mixto como de de fuera del municipio. Pero, al mismo tiempo, no le ha supuesto un apreciable desgaste político en la localidad. Jauregi lleva ocho años al frente del Ayuntamiento y se presenta a la reelección con la confianza de repetir.
Nada apunta a que vaya a cambiar el mapa político de la localidad. La coalición PNV-EA suma 11 escaños. Completan la corporación una concejal del PP, un edil del PSE-EE y cuatro de EH. La izquierda abertzale tendrá la posibilidad de seguir representada. La plataforma a través de la que se presenta: Branka, es una de las 16 listas impugnadas a las que ha dado amparo r el Tribunal Constitucional.
Las preocupaciones de los hondarribitarras pasan por el proyecto para prolongar 200 metros la pista del aeropuerto. Aprobada por el Ministerio de Fomento en 2001, la iniciativa es rechazada con contundencia tanto por las instituciones vascas como por los vecinos, que consideran que la ampliación bloquea el desarrollo urbanístico de Hondarribia y la colindante Irún.
En el caso de Hondarribia, la ampliación de la pista supondría el derribo de 223 viviendas, 22 locales comerciales y 19 empresas del barrio de Mendelu, que habría que reubicar. El trazado del nuevo vial de conexión con Irún permanece asimismo en el aire. "Hemos pedido al ministerio que cambie el plan, pero pasan los meses y no nos responden, ni siquiera se dignan a recibirnos. Queremos que nos hablen claro", se queja Jauregi.
Fomento defiende la prolongación de la pista alegando que, de lo contrario, para cumplir con las normas de seguridad internacional, en el aeropuerto sólo podrán aterrizar aviones de menos de cien plazas. Hondarribia e Irún replican que esta capacidad es suficiente para dar cobertura al servicio del aeródromo, con vuelos a Madrid y Barcelona.
La carestía de la vivienda es un gran problema. Un piso de venta libre de 80 metros cuadrados cuesta una media de 240.405 euros. Pero también es cierto que Hondarribia figura como uno de los municipios vascos donde, proporcionalmente, más vivienda de protección oficial se ha construido. En la última década se han levantado casi 400 pisos de VPO, cuyos últimos precios rondan los 108.200 euros. El Ayuntamiento ya dispone de suelo para edificar 150 más. Durante los últimos años se ha llevado a cabo además una importante renovación de las infraestructuras del pueblo, que incluye el arreglo del frente litoral, el cierre del puerto pesquero y la construcción del puerto deportivo y el polideportivo.
La pesca y los servicios dan empleo a una parte de los vecinos de Hondarribia, aunque la mayoría trabaja en Irún y San Sebastián. La tasa de paro es del 7,63% (490 desempleados).
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