Un atentado con bomba deja 17 muertos en un zoco del sur de Filipinas
El Gobierno de Manila interrumpió el martes las negociaciones con el Frente Moro
Al menos 17 personas murieron y 19 resultaron heridas en un atentado con bomba perpetrado ayer en el zoco de la ciudad de Koronadal, en la isla filipina de Mindanao, 960 kilómetros al sur de Manila. Koronadal es de mayoría cristiana.
La Comandancia Regional explicó que la bomba, escondida en una bolsa, fue fabricada con un mortero de 81 milímetros y un detonador de tiempo. "La dejaron en la acera frente a una tienda que tenía un gran escaparate de cristal", dijo un portavoz militar. Añadió que cinco de las víctimas murieron en el acto, entre ellas los dos presuntos terroristas que supuestamente no eran suicidas, sino que la motocicleta con sidecar en la que llegaron para colocar el paquete se vio atrapada en el intenso movimiento de transeúntes y vehículos.
La acción se produce en medio de una escalada de violencia entre las tropas gubernamentales y el Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI), que cuenta con unos 13.000 hombres armados. Sólo en esta semana han muerto medio centenar de personas. Uno de los sucesos más graves ocurrió el 4 de mayo, cuando más de cien guerrilleros del FMLI asaltó el poblado de Siocon, en la provincia de Zamboanga del Norte, también en Mindanao. La hazaña se prolongó durante dos días y concluyó con 28 muertos. En consecuencia, el Gobierno interrumpió el martes las conversaciones de paz con el FMLI, que debían de haberse iniciado el viernes en un lugar no determinado de Malasia.
Jesús Dureza, delegado del Gobierno en las negociaciones de paz, presentó el viernes su dimisión porque dijo que se necesita un hombre que pueda dedicar más tiempo al proceso de paz.
A una veintena de metros de donde se produjo el atentado de ayer, las fuerzas de seguridad encontraron un segundo explosivo, también de fabricación casera. Este último, que fue detonado por los artificieros, estaba colocado frente a la estación de bomberos de Koronadal y se componía de LPG (gas licuado) y un detonador.
Ningún grupo ha reivindicado los hechos, pero las sospechas recaen sobre el FMLI, la mayor organización separatista que opera en Mindanao. Sin embargo, el portavoz de ésta negó en la radio local la participación de sus hombres en el ataque.
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