Un impuesto muy caprichoso
El plazo para pagar el impuesto de circulación termina el próximo 2 de junio. Y las enormes diferencias en el importe cobrado de un municipio a otro (es casi cuatro veces más caro en unas ciudades que en otras) está provocando que muchas empresas de alquiler y renting busquen refugio y matriculen sus flotas en las localidades con tarifas más baratas, según un informe de Automovilistas Europeos Asociados (AEA).
Barcelona es la más cara
La capital más cara es Barcelona: un utilitario de 11 caballos de potencia fiscal (Ibiza, C3...) paga 68,15 euros, frente a 51,95 en Madrid. Y la más barata es Melilla, 18,75 euros por el mismo coche, un 263% menos que la Ciudad Condal. Estas diferencias suponen en la práctica la aparición de nuevos miniparaísos fiscales.
Así, el informe de AEA señala también que de 1998 a 2002 la flota de vehículos de alquiler creció un 26,2% en España. Pero mientras en Barcelona bajó un 30,5%, en la Comunidad de Madrid creció un 42%. Y según Mario Arnaldo, presidente de AEA, la clave está en la diferencia del impuesto cobrado.
Y el ejemplo es Moralzarzal, un municipio de Madrid con 3.672 habitantes y un parque de más de 13.000 vehículos. Su despegue se produjo cuando llegaron las nuevas matrículas sin distintivo provincial. Y la clave de su éxito está en que este Ayuntamiento aplica la tarifa mínima (34,08 euros), con un descuento del 50% en los tres primeros años y un 25% el cuarto. "Para una compañía con 50.000 coches puede suponer ahorrar varios millones de euros", comenta Arnaldo. "Y el municipio aumenta los ingresos con coches que no molestan porque no circulan por su territorio".
El impuesto de circulación aporta a la Administración local unos 1.000 millones de euros al año. Y los ingresos pueden aumentar con la Ley de Haciendas Locales, que autoriza un aumento del 25%
a municipios con menos de 5.000 habitantes. En 2002, muchos ayuntamientos han subido el IPC previsto, pero AEA teme que, tras las próximas elecciones locales, las tarifas podrían dispararse. Además, el Ministerio de Hacienda garantiza el cobro porque puede embargar la devolución del IRPF si hay un impago.
Potencia fiscal y real
La Administración establece el impuesto de circulación de cada coche según los caballos fiscales que tenga. Pero la fórmula que sitúa a cada modelo en un determinado tramo no es muy justa: depende sobre todo de la cilindrada, no distingue entre gasolina o diésel y tampoco tiene en cuenta el rendimiento real de cada motor.
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