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Crítica:LIBROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Doble vida

Dentro de su línea de recuperar a autores desconocidos, la Editorial Bassarai publica ahora ANNA (yo) ANNA, una novela del danés Klaus Rifbjerg, una de las historias más complejas y más completas que he leído en los últimos meses.

La novela bucea en la personalidad -ese "yo" que en el título aparece en minúscula- de Anna, una mujer que olvida su matrimonio burgués con un diplomático en Karachi en una huida a ninguna parte y sigue una historia condenada con un delincuente por las carreteras de Europa, desde Roma hasta su casa en Dinamarca. Hay dos Annas en la novela: la primera que olvida un pasado que le ha llevado a una depresión y a la pesadilla de querer matar a su pequeña hija, y la segunda que vive un presente incomprensible, llevada por una razón desconocida, pero que vuelve a casa y con el recuerdo y con el amor a su hija. Principio y final -muerte y vida- se unen en esta obra que recuerda mucho a una novela de carretera, a un esquema de viaje como reconocimiento interior.

Pero Rifbjerg no sólo ha construido una novela de acción, de novela en el camino bien estructurada, donde los acontecimientos violentos que atrapan al lector están equilibrados de forma gradual, sino que ha desarrollado una obra compleja, que, al menos, reúne tres planos: el presente en una novela de acción, una novela psicológica que busca la introspección en la personalidad de una mujer de la modernidad, y la novela de la descripción de una generación, a la que pertenece Anna.

Es posible que el argumento, la conversión en fugitiva de una mujer burguesa, resulte común después del Mayo francés, pero, desde luego, la extensa obra se lee sin despegarse, aunque en la traducción se producen, muy de vez en cuando, giros extraños en castellano. Y la mano del autor no sólo se ve en ese balanceo entre la primera persona y la tercera, con la que cuenta la historia, en ese ir y venir de una Anna a otra Anna, sino en la utilización de un fino oído para los diferentes registros del habla de los personajes, a los que se alude con frecuencia, creando, por ello, una novela sobre la técnica de la novela.

ANNA (yo) ANNA se lee hoy con intensidad, con la luminosidad de una novela simbólica que busca en los paisajes europeos la creación de un personaje femenino que el lector tardará en olvidar.

Klaus Rifbjerg: ANNA (yo) ANNA. Traducción de Juan Mari Mendizabal, Bassarai Editorial. Vitoria, 2003, 331 páginas.

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