La Mina en la agenda política

La campaña electoral arrancó en La Mina con un debate fresco y exento de retórica entre los candidatos a la alcaldía de Sant Adrià de Besòs. Un centenar de personas asistieron al acto, organizado por la plataforma que agrupa a 23 entidades cívicas del barrio, para ponerse al corriente de cómo les afectará el que intuyen que será un cuatrienio decisivo al calor del Fòrum de 2004. Los candidatos hablaron mucho de las obras en marcha y de las que se avecinan, pero no eludieron referirse a la difícil convivencia del barrio "entre los que están contentos con la llegada de los Mossos d'Esquadra y los que están que trinan porque con los agentes delante no pueden vender lechugas".

Los vecinos del barrio sabían que el alcaldable de CiU, Josep Sabadell, hijo de La Mina, no hablaba de hortalizas, sino de droga. También se dijo lo mucho que están subiendo los pisos: en pocos meses han pasado de costar 5 millones de pesetas a pagarse entre 10 y 12 millones. "Dinero que se paga en negro, y ya sabemos quién tiene dinero negro", apostilló el actual alcalde, el socialista Jesús María Canga, ex jugador de baloncesto a quien todos llaman Sito. Los alcaldables del PP y de la Plataforma Independiente no asistieron.

El absentismo escolar afecta al 15% de los 556 niños escolarizados en el barrio

"Me gusta más La Mina que Pedralbes", afirma el candidato del Partido Caló

Amador propuso también que se contraten "mediadores" que tengan la misión de acompañar a los niños desde su domicilio hasta la escuela para evitar el absentismo. Explicó que "hay chavales de 10 años que hacen campana y se van a jugar a las maquinitas". El absentismo es un problema que alcanza al 15% de los 556 alumnos matriculados en las tres escuelas que hay en el barrio.

La llegada de los Mossos salió a colación en varias ocasiones. Su presencia ha disparado el número de denuncias de mujeres por malos tratos de sus maridos. El candidato de ICV, Josep Maria Céspedes,propuso abrir un centro de acogida para estas mujeres maltratadas. A lo que Amador añadió: "Sería bonito construir un pabellón grandísimo para meter a las mujeres maltratadas para que hagan ganchillo, pero más bonito sería aún darles la llave de un piso para que se instalen".

La transformación urbanístsica de La Mina fue uno de los temas centrales del debate. Se detallaron los proyectos previstos, algunos de ellos ya iniciados, como la Rambla. Canga dijo: "Sobre la vivienda hemos tenido las manos atadas en el municipio, pero en los próximos años podremos disfrutar viendo a los jóvenes pagando viviendas asequibles". Citó la promoción de 336 viviendas destinadas a las familias afectadas por los planes urbanísticos, otros 238 pisos sobre los que los residentes del barrio deberán decidir si los quieren a precio tasado o no; "este alcalde no se define sobre el particular", zanjó el propio Canga. Citó también otras 457 viviendas a precio tasado que se levantarán pese a las presiones (en forma de frecuentes incendios) que el gobierno municipal ha recibido para que cambiara la calificación y pudieran salir al mercado libre.

A la eterna pregunta de cómo se consigue cambiar la mala imagen del barrio, el candidato de CiU respondió que ya está cambiando: "Si erradicamos a los descontentos con los Mossos [eufemismo que se refiere a los traficantes], éste será un barrio más de Sant Adrià".

Llegó el turno del público y rompió el hielo un joven minusválido, que preguntó sin rodeos: "¿Cómo se puede hacer para que la plusvalía de los terrenos repercuta en cada vecino?". El alcalde le respondió que los propietarios de los terrenos son los ayuntamientos de Sant Adrià, Barcelona, la Entidad Metropolitana del Transporte y la Generalitat. Le siguió una ama de casa de avanzada edad que, agarrando el micrófono con soltura, espetó a los candidatos: "Quisiera que nos expliquen en qué va a consistir la transformación social, urbanística y económica de La Mina. No he visto la voluntad de que participemos".

A los alcaldables les cogió con el paso cambiado y tardaron un rato en decidir cuál de ellos contestaba. Hubo unanimidad al afirmar que el auténtico problema del barrio no es de vivienda, sino social. Todos los candidatos mostraron buena voluntad y ganas de aprovechar la oportunidad que les brinda el Fòrum de 2004. En un arranque de amor al barrio, el representante del Partido Nacionalista Caló declaró entre aplausos: "A mí me gusta más La Mina que Pedralbes".