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Crítica:CRÍTICAS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Treinta y tantos

Suizo de nacimiento y carrera, aunque hijo de emigrantes españoles; treintañero y veraneante en la Costa Brava, en el mismo Begur donde tal vez no por casualidad transcurre esta ópera prima, Miguel Álvarez rodó Tu casa es mi casa con las formas de una comedia ligera, más la dosis mínima de imprevisible misterio como para hacer viable su más bien minimalista trama. Pide la película a su espectador un esfuerzo no poco delicado: que se crea que un escritor de éxito (Jorge Bosch), en la treintena como el director, se convierta en una especie de okupa virtual de una parte del chalé que su ex esposa ha vendido sin decirle nada, y donde en realidad se aloja su nueva dueña, una bella recién llegada (Fanny Gautier, posiblemente lo mejor de la película).

MI CASA ES TU CASA

Director: Miguel Álvarez. Intérpretes: Jorge Bosch, Fanny Gautier, Chete Lera, Rosana Pastor, Luis Marco, Mar Regueras. Género: comedia, España, 2002. Duración: 90 minutos.

Desde esta peripecia, más propia de la desmadrada comedia de enredos que el filme, en el fondo, no termina de ser, Álvarez rueda un tanto cansinamente la consabida trama de chico encuentra chica, etcétera. No se detiene mucho en la descripción de los personajes -aunque, como es lógico, no pueda evitar tener que dar de ellos siquiera un breve bosquejo- y deja las cosas libradas sobre todo a la belleza del lugar, a los encuentros casuales y a la química que puedan establecer sus protagonistas, bien auxiliados por secundarios tan eficaces como Rosana Pastor o Chete Lera, en su lugar, como siempre.

Y lo cierto es que la apuesta no le sale del todo mal. Tiene la película la honestidad con que se suelen presentar algunos productos que no se toman a sí mismos demasiado a pecho; y la historia de los dos personajes se mantiene en pie, entre otras cosas, porque Gautier y Bosch ponen lo necesario para hacerla creíble. No pasará a los anales, claro; pero no defraudará a los amantes de comedias generacionales tocadas por un leve, irónico romanticismo.

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