Urbizu narra una pasión contenida en 'La vida mancha'
José Coronado interpreta este drama junto a los desconocidos Juan Sanz y Zay Nuba
La vida mancha transcurre en la periferia de una gran ciudad, "un lugar abstracto, de ladrillo visto, montañas y carreteras al fondo". Narra la historia de un forastero, un tipo enigmático y contenido que un día regresa a su país para visitar a su hermano pequeño. Una "estructura de western-melodrama", según explica su director, Enrique Urbizu, para contar la historia de Pedro (José Coronado), que después de años lejos regresa para visitar a su hermano Fito (Juan Sanz) y se enamora de su cuñada Juana (Zay Nuba). Una historia que, según Urbizu, pedía una puesta en escena despojada, sobria y contenida. "El personaje de Coronado es el de un hombre lleno de misterio y autodisciplina. La película está basada en su autocontención. Él esconde datos, es alguien que quiere ocultar quién es. Ésta es una película sobre la aparición de alguien, alguien que no se sabe si es un ángel o un demonio, alguien que con su llegada altera el mundo que le rodea".
"Un personaje así", dice Coronado, "se construye con mucho trabajo, hablando mucho con el director, buscando un pasado que en la película no se cuenta, pero que existe. Los silencios son más importantes que las palabras. Parece que no pasa nada, pero pasa de todo. Las emociones no son obvias. Al fin y al cabo, el cine se cuenta con los ojos".
"Ésta es una película", continúa Urbizu, "que juega con la expectativa del espectador. El público espera algo que no pasa. Estamos acostumbrados a que el hundimiento del Titanic ocurra en los primeros quince minutos. Aquí las cosas ocurren muy lentas, o muy rápidas; parece que nos acercamos a algo, pero no nos acercamos a nada. No corren buenos tiempos para los ritmos pausados, vas al cine y no tienes tiempo para ver los planos. Busco que lo que cuento y la forma de lo que cuento sean elocuentes; que mi cine se amolde al relato, y no al revés".
Urbizu explica que el título de La vida mancha ya estaba en el guión original de Michel Gaztambide: "Al parecer, era una frase recurrente en las andanzas nocturnas de Félix Rotaeta. Me gustó y la dejé".
El director optó por un reparto en el que dos de su protagonistas principales fueran totalmente desconocidos: "Quería dos caras lo más nuevas posibles, quería evitar cualquier referencia que pudiera decirnos algo de ellos, quería que el espectador tardara en conocerles". A la hora de escogerlos, Urbizu (que, después de La caja 507, repite con Coronado) explica que de Juan Sanz le atrajo su fragilidad y sinceridad, "su entusiasmo, esa manera de jugárselo todo". Zay Nuba, una filóloga y bailarina que jamás había actuado, apareció en el último minuto en las pruebas de casting. "Con ella tenía la dificultad de que quería a alguien totalmente nuevo y joven, pero que fuera a la vez creíble como madre y como responsable de una casa".
Babelia
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