Hambre de noticias en Bagdad
Los iraquíes disfrutan de una nueva libertad de prensa que ha inundado la calle de periódicos de todo tipo
No importan los medios, ni la periodicidad, la población iraquí está hambrienta no sólo de noticias, sino también de una nueva manera de contarlas. "Antes era para echarse a llorar", comenta Akram Hashin, de 43 años, comerciante en el barrio bagdadí de Carrada. Babel, dirigido por Uday, el hijo mayor de Sadam; Revolución, órgano oficial del partido Baaz; La
República, órgano oficial del Gobierno iraquí, y La Batalla, de las Fuerzas Armadas, eran los principales periódicos que podían leerse hasta el pasado 9 de abril. "Una vez me molesté en contar las veces que aparecía el nombre de Sadam en una sola página y eran 150", asegura Hashin. Ahora casi cada día aparece una nueva cabecera que, en muchos casos, desaparece con la misma velocidad en una explosión de medios que cuenta con el apoyo de muchos bagdadíes.
"Es fantástico poder escribir lo que quieras y que la gente lo lea sin miedo por la calle"
"Tenemos más ilusión que medios. Es una etapa agotadora, pero a la vez es fantástico poder escribir lo que quieras y que la gente lo lea sin miedo por la calle", señala Abas Jadum Mahdi, de 47 años, director de El Nuevo Irak, un periódico que sale dos veces a la semana y comparte la saqueada sede del temido Babel de Uday Husein, con otras cuatro publicaciones de diversa tendencia que van del islamismo moderado al comunismo. "Yo le llamo a esto la época de los periódicos personales, porque en ellos trabajan sólo entre tres y cuatro personas", explica Mahdi, quien revela un pequeño secreto: los redactores de los cinco periódicos que comparten sede se ayudan entre ellos corrigiendo pruebas o pasándose fotografías para que todos puedan salir a la calle.
En Bagdad los periódicos pasan de mano en mano y se leen y releen, aunque sean de días anteriores. Sin radio ni televisión, y con numerosos cortes de fluido eléctrico, la capital iraquí se ha convertido en el reino del rumor donde, por ejemplo, circula el bulo de que Sadam Husein se encuentra en poder de los estadounidenses que piensan reponerlo como presidente de Irak. Los periódicos, con todos los defectos que puedan tener en esta etapa inicial, representan la única información fiable al alcance del ciudadano medio.
Todas las nuevas publicaciones están vinculadas a organizaciones políticas y, por tanto, son los medios de las más organizadas los de mayor calidad. Por eso no es extraño que lo más leído estos días en Bagdad, ciudad de mayoría suní, sea un periódico kurdo, La Unión, que dispone de una rotativa en la misma capital y tiene una tirada de 35.000 ejemplares. "Además de la seguridad en las calles hay que garantizar la libertad de expresión a la que no estamos acostumbrados", opina Jihad Zayel, de 55 años, jefe de redacción de La Unión, que tiene a una docena de periodistas en plantilla con unos sueldos 20 veces superiores al salario mínimo iraquí (unos tres dólares).
En donde las cosas no parecen haber cambiado es en la sede de la radiotelevisión iraquí. Los trabajadores que acuden casi todos los días allí se dividen en dos grupos; los que como funcionarios públicos quieren saber qué pasa con sus salarios y los antiguos directivos, todos ellos cargos medios en el partido Baaz que, como el subdirector, Janas Rades, de 50 años, aseguran que la televisión nunca estuvo "muy politizada". "Todo es una conspiración entre israelíes y estadounidenses, ya que ni siquiera los autores de los saqueos eran iraquíes", añade. A la pregunta de si creen que volverán a transmitir alguna vez responde en una sala llena de cintas de vídeo tiradas por el suelo: "Naturalmente, somos la televisión oficial de Irak". Al contrario que con otros medios, los estadounidenses -que están instalando una radio propia en el aeropuerto de Bagdad- no se han puesto en contacto con ellos.
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