"La investigación en células madre es una opción estratégica"
La investigación en células madre supone invertir en conocimiento, terapia y política científica. Así lo entiende Ernest Arenas (Lleida, 1962), catedrático del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) especializado en diferenciación de células madre del sistema nervioso. En su opinión, que no se apoye este tipo de investigaciones en España "es un despilfarro que no creo que podamos permitirnos". Arenas, que dio una conferencia recientemente en el Museo de la Ciencia de la Fundación La Caixa, entiende que el debate en España se ha visto perjudicado por una falta de "información objetiva".
Pregunta. ¿Cómo valora los resultados de los experimentos realizados con células madre en los sistemas cardiovascular y nervioso y en diabetes?
"En Suecia estamos recibiendo inversiones de instituciones de Estados Unidos"
"De los ensayos hechos no se puede concluir si hay algún efecto terapéutico"
Respuesta. Se trata de meros ensayos sin ningún tipo de control, con métodos de evaluación diversos y resultados poco estandarizables.
P. ¿Significa que se han hecho prematuramente?
R. Más bien de forma aislada y sin seguir protocolos unificados, con lo que no se puede concluir si hay algún efecto terapéutico. En la fase actual, lo único que puede decirse de los ensayos es que no son perjudiciales. Por lo demás, lo que tenemos es mucho trabajo por delante porque sabemos muy poco de las células madre. Desconocemos qué limitaciones van a tener y si efectivamente van a surgir aplicaciones terapéuticas, aunque todo apunta bien por ahora.
P. ¿Es así tanto para células madre adultas como embrionarias?
R. Con las embrionarias todavía no se ha practicado ningún ensayo porque hay problemas asociados todavía no bien resueltos. Por ejemplo, se ha visto que si las células se trasplantan en estado de proliferación pueden crecer de forma descontrolada y dar lugar a tumores. Lo que sí se ha hecho, y esto ha permitido demostrar que el principio es correcto, es el trasplante de células de tejido fetal para el Parkinson, con resultados positivos.
P. ¿Significa eso que las fetales son más apropiadas que las células madre?
R. Los resultados fueron irregulares pero son, en efecto, los mejores hasta la fecha. La razón, probablemente, habría que buscarla en el origen, puesto que se trata de células procedentes de tejido nervioso que deben transformarse en células productoras de dopamina. En el caso de las células madre adultas se ha descrito una familia en Estados Unidos que se transforman en dopaminérgicas en experimentos in vitro. Curiosamente, carecen de las propiedades eléctricas o neuroquímicas que definen una neurona. Su uso terapéutico hay que ponerlo entre paréntesis. En las embrionarias el trabajo es mayor porque hay que generar primero células madre del sistema nervioso y luego diferenciarlas en neuronas dopaminérgicas. Pero no descartamos ninguna de las tres.
P. Por cómo lo cuenta diría que hemos avanzado poco en los últimos cinco años.
R. Ahora gobernamos mejor el proceso de diferenciación. Pero la clave no es esa. Hay que conocer mejor el desarrollo embrionario porque es en esta etapa de la vida cuando se dan las instrucciones precisas para generar una neurona o cualquier otro tipo de célula. Cuando las conozcamos podremos activar los procesos en las células madre para obtener células especializadas según nuestro interés.
P. ¿Quiere eso decir que ya tenemos el concepto?
R. En el caso del Parkinson creo que sí, porque así lo demuestran los trasplantes con células fetales, pero hay que dar el salto a las células madre, un ámbito con grandes expectativas pero todavía sin pruebas. Lo mismo ocurre con la diabetes. Ambas enfermedades parecen las que más cerca están de una solución, aunque cerca continúe siendo lejos para cualquier enfermo. Es una lástima que España pierda esta oportunidad.
P. ¿A qué se refiere?
R. En Suecia estamos recibiendo inversiones procedentes de instituciones de Estados Unidos. Y eso ocurre en aquellos países donde la legislación favorece este tipo de investigación. Pero la política española en este campo es extraordinariamente conservadora y hay un riesgo real de que se pierda el tren del desarrollo en un área en la que España podría estar al frente. Aunque los recursos son escasos, hay investigadores que publican en las mejores revistas y que podrían beneficiarse de estos recursos extra. Desaprovecharlos me parece un despilfarro. Investigar en células madre es una cuestión estratégica.
P. En Europa, sin embargo, sólo Suecia y Gran Bretaña han optado por modelos activos.
R.Y ambos son similares. En Suecia podemos investigar con células madre procedentes de embriones sobrantes de hasta 14 días. No se permite la clonación terapéutica ni tampoco el comercio: siempre se actúa por donación y con el consentimiento de los donantes. Además, hay comités científicos y populares que velan por el cumplimiento de unas observaciones éticas según las que el interés por el adulto prevalece sobre los derechos del embrión. En Suecia se considera que los adultos son individuos mientras que los embriones de pocos días tienen tan sólo el potencial de serlo. Por otra parte, de los obtenidos in vitro sólo un 10% evoluciona hasta formar un nuevo ser. El 90% restante puede utilizarse para investigación.
P. ¿Qué seguridad hay acerca de esas cifras?
R. En el embrión de pocos días hay dos partes, el trofoectodermo, que da lugar a la placenta, y la masa celular interna, de donde saldrá el nuevo individuo. Cuando el trofoectodermo está alterado nunca se implanta el embrión aunque la masa interna esté en perfectas condiciones. Hay parámetros objetivos que indican cuándo se da esta situación y, por tanto, cuándo un embrión es viable. Las células madre con las que trabajamos proceden de este tipo de embriones, cerca del 90% de los generados, aunque la ley permite usar los viables congelados de más de cinco años.
P. ¿Les sitúa esta legislación en una posición de ventaja?
R. No lo sé. Entiendo que cualquier actuación en este campo tiene que ser pública, transparente y sujeta a debate. Si no, puede ocurrir como en EE UU, donde el sector público está muy limitado y no hay control alguno sobre el privado. Esta tendencia es muy peligrosa.
P. ¿Cómo ve el debate en España?
R. Por una parte, y como ocurre en otros países, hay demasiada opinión generada por la cultura religiosa. Por la otra, observo en el debate público una clara falta de información objetiva, por ejemplo, acerca de cuando un embrión es o no viable. Lo mismo ocurre con los abortos, que podrían ser de gran utilidad pero que en cambio se destruyen. Si algún enfermo pudiera beneficiarse de ese material, no parece ético tirarlo. Es negar que avance el conocimiento, algo que sorprende cuando en este país el índice de donación y de trasplante de órganos es de los más altos del mundo.
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