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La CNE vetó la OPA a Iberdrola por perjudicar inversiones y precios

El regulador cree que la operación no hubiera podido ser controlada

La Comisión de la Energía sostiene que la OPA lanzada por Gas Natural sobre Iberdrola, que ha rechazado, habría puesto en riesgo el plan de inversiones previsto por el Gobierno para extender el gas a todas las comunidades en 2011 y habría presionado sobre las tarifas de gas de los usuarios. Según la resolución hecha pública ayer, imponer condiciones al plan no tenía sentido, ya que, una vez autorizado, era "irreversible" e incontrolable.

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A lo largo de 135 páginas, repletas de legislación y tecnicismos, el organismo que preside Pedro Meroño justifica el veto a la OPA lanzada en marzo por Gas Natural sobre la segunda eléctrica española, Iberdrola, por un importe superior a los 15.300 millones de euros. En la mayor parte de los argumentos que han servido para rechazar la operación (con la opinión en contra de los tres consejeros de la Comisión Nacional de la Energía) se mencionan los riesgos que conllevaba la operación.

Así, la CNE menciona el riesgo de no cumplir con las inversiones previstas en el desarrollo de la red gasista; riesgo de que se produjeran trasvases de ingresos entre las actividades reguladas (transporte y distribución de gas y electricidad) y las no reguladas (comercialización, generación de energía); riesgo de que la nueva empresa centrara sus actividades en las zonas geográficas más apetecibles para el negocio, olvidando las menos rentables, y riesgo de que la operación acabara presionando al alza las tarifas que pagan los usuarios.

Imponer condiciones al plan diseñado por Gas Natural con la oposición de su segundo mayor accionista, Repsol-YPF, algo por lo que apostaban semanas atrás la mayor parte de los analistas, no tenía demasiado sentido, concluye el organismo, porque, sencillamente, una vez aprobada la operación, el cumplimiento de las condiciones no hubiera podido ser controlado. La OPA, una vez aprobada, afirma la CNE, era "irreversible".

Sobre todo, el planteamiento de la CNE pende de una idea que parece ir en contra del proceso de unión entre empresas eléctricas y gasistas que, según los especialistas, se da ya en países como Alemania (fusión EO.N-Rhurgas), Francia y Portugal. "La integración de las actividades de distribución de gas y electricidad en una única empresa que ejerciera las actividades de distribución que desempeñan en la actualidad Gas Natural, en el sector del gas, e Iberdrola, en el de electricidad", sostiene la CNE, "podría provocar un desarrollo no homogéneo de la expansión de las redes, podría reducir la transparencia de ambas actividades reguladas y, además, reforzaría los efectos negativos de la integración vertical de actividades reguladas y liberalizadas en los dos sectores".

Por apartados, la síntesis de los argumentos de la CNE contra la OPA son:

- Precios. Ante el riesgo de la operación para las actividades reguladas (transporte y distribución) y "ante un deterioro de los balances de las empresas que realizan actividades reguladas, el regulador podría verse obligado a afrontar un incremento tarifario con objeto de no poner en peligro el ejercicio de tales actividades".

- Inversiones. La reducción de inversiones observada en el plan presentado por Gas Natural respecto al de Iberdrola "se cifra para el periodo 2003-2006 en 222 millones de euros, lo que supone una reducción de más del 12%", lo que podría "poner en peligro la favorable evolución de la calidad del servicio ofrecida por Iberdrola a los usuarios eléctricos", según el informe.

La financiación de la OPA con recursos ajenos, añade, "puede comprometer seriamente la aplicación de dichos fondos a las inversiones necesarias para la expansión de la red de distribución [de gas] en España, lo que afectará los derechos de los consumidores, de una gran parte del territorio nacional, al acceso al servicio considerado de interés económico general o retrasará los calendarios previstos para disfrutar de dicho derecho".

- Endeudamiento. La CNE cree que la operación, de haber sido aprobada, hubiera supuesto un fuerte aumento del endeudamiento de la sociedad resultante. Al mismo tiempo, destaca que el plan de desinversiones adelantado por Gas Natural [5.000 millones de euros, de ellos, 2.200 millones a corto plazo] es de incierto cumplimiento, "porque dependerá del proceso de enajenación, las condiciones del mercado" y de los lotes que se formarán para su venta.

- Operación irreversible. La CNE justifica su

mano dura al vetar la operación, en lugar de haberla aprobado con condiciones en que "el problema que se plantea con la imposición de estas condiciones es el de su eficacia real, sobre todo en caso de incumplimiento de las mismas, una vez que se haya consumado la OPA, pues en ese momento la operación resulta prácticamente irreversible".

Todos y cada uno de los argumentos de la CNE fueron rebatidos el pasado lunes por el presidente de Gas Natural, Antoni Brufau, quien, tras anunciar la retirada de la OPA, aseguró que en las mismas condiciones volvería a plantear la operación.

Pedro Meroño.
Pedro Meroño.

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