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Reportaje:

Embarazo a la espera de sentencia

"Se trata de hacer una interpretación valiente de la ley ante un supuesto que no se contempla"La mujer que pide ser inseminada del esposo en coma renuncia a que el hijo herede

Los juzgados de familia de Valencia vieron ayer uno de los casos más atípicos que han transitado por sus salas. En una de ellas, Julia B., de 35 años, la mujer que quiere ser inseminada de su marido, en coma desde hace 12 años, renunció a que su futuro hijo lleve los apellidos del padre y tenga derecho a heredarlo para lograr la autorización a su maternidad. Julia pretende con ello que el juez le dé permiso para inseminarse de su esposo, y, además, vencer así la oposición de la ex mujer del enfermo, que defiende los intereses de una hija que tuvo con él. Pero la ley española no contempla un caso como ése y considera irrenunciables determinados derechos de herencia que corresponden a los hijos, lo que confirmaron ayer expertos consultados.

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La paradoja reside en que si el esposo falleciera, ella podría ser fecundada y el hijo no tendría apellidos del padre ni derechos de herencia. Pero Pablo no está muerto, es un incapaz cuyos derechos deben protegerse. Cabría que Julia se planteara quedar embarazada de un donante anónimo, pero necesitaría el permiso de su marido. Un permiso que, obviamente, no puede otorgar. Debería ser la justicia la que lo decidiera. Su maternidad depende, en gran medida, de un juez. El magistrado determinará si Julia tiene o no derecho a ser madre de un hijo de su marido aunque no haya consentimiento expreso de él. El debate es señalar qué derecho es prioritario: el de Pablo a decidir su paternidad (derecho que no puede ejercer) o el de Julia a ser madre de un bebé de su esposo. La mujer inició una batalla legal y, a pesar de la polémica, quiso mantener su anonimato. Ayer, al salir de la vista oral, acompañada por dos amigas que la llamaban incluso por otro nombre para despistar a la prensa, se vio asediada por los periodistas. La mujer que quiere ser inseminada de su marido en coma ya tiene rostro.

Julia y Pablo se casaron el 9 de marzo de 1991. Ella tenía 23 años, era estudiante; él, con 28, estaba divorciado y tenía una hija de cuatro años. Siete meses después del enlace civil, Pablo sufrió un brutal accidente de moto. En 1993 fue declarado legalmente incapaz y desde entonces permanece en estado de coma vigil irreversible. Julia decidió en 2002 pedir a un juez el consentimiento para inseminarse de su marido. Abierta la cuestión judicial, el fiscal dijo que la paternidad "es un derecho personalísimo que no puede ser transferido", que "no consta que él quisiera ser padre otra vez" y que un nuevo hijo de Pablo "afectaría a los intereses hereditarios de la hija que el enfermo tuvo en su primer matrimonio".

El letrado de Julia, Manuel Mata, expuso que la pareja se casó con la intención de tener hijos, que la mujer tenía derecho a ser madre y había elegido serlo del hombre al que amaba. El abogado que representó a la hija del matrimonio anterior, Andrés Sanchis, rechazó la inseminación aludiendo a que Pablo nunca expresó su intención de tener más hijos y que había en juego intereses económicos que debían salvaguardarse a favor de la pequeña, hoy de 17 años. El juez eludió decidir, pero la Audiencia de Valencia sentenció que debe pronunciarse en un sentido u otro. Ayer, el titular del Juzgado de Familia número 13 de Valencia volvió a escuchar a las partes. Julia pidió la autorización y que se dejara constancia de su renuncia a que el hijo que venga lleve los apellidos del padre y pueda heredarlo. La parte contraria, que entiende que se sigue afectando la herencia, insistió en su negativa. El fiscal se reafirmó en la defensa del derecho del hombre en coma, pero calificó de "consistentes" las razones por las que Julia pide al juez que acceda a la solicitud. Mata explicó: "Se trata de hacer una interpretación valiente de la ley ante un supuesto que no se contempla. Julia, para evitar suspicacias, hace una renuncia".

La sombra de 601.000 euros se proyecta sobre el caso: es la indemnización de Pablo tras el accidente, que su esposa administra y de cuyo destino da cuentas ante la justicia cada año. "Quiero un hijo de mi marido, no importan los apellidos. ¿Es tan difícil entender que nos casamos tan enamorados para formar una familia? No lo escribimos, claro, ¿quién puede prever un destino así?", alega Julia.

Julia, a la salida del juzgado de Valencia donde ayer defendió su demanda.
Julia, a la salida del juzgado de Valencia donde ayer defendió su demanda.SANTIAGO CARREGUÍ

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